Los colombianos de todos los estratos estamos aprendiendo algo nuevo en todos los estratos, estamos aprendiendo a obedecerle a las autoridades, a la Policía, al Ejército, a los generales, a los chupas, a todos los que tengan un uniforme de cualquier clase. Ha sido un cambio radical en nuestras costumbres de desobedecer todas las órdenes de las autoridades pero hemos sufrido cambio total gracias al virus chino que casi acaba con el mundo y nos enseñó a acatar las órdenes de los médicos.
Nos parecía muy gracioso evitar las órdenes de los galenos y mamarle gallo a las UCI, donde muchos libraban lucha contra la muerte, que no perdona ni a pobres ni a ricos.
Los colombianos nunca hemos acatado las órdenes, las sugerencias ni los consejos. Somos rebeldes por naturaleza y prueba de ello es que hay guerrilla desde el 9 de abril y la subversión está en todas partes. Inclusive se tomó el Palacio de Justicia y asesinó a la Corte Suprema.
Pero ahora estamos en un momento en que el país necesita a sus mejores hijos. Es perentorio que haya una unión de voluntades para sacar a Colombia de la encrucijada y conseguir las buenas noticias. El país ha sufrido el azote del coronavirus y necesitamos recuperar el empleo, el progreso y las ventajas del desarrollo.
Es la hora de volver al camino que entorpeció el grave problema que sufrimos y nos devolvió en el tiempo, El país necesita recuperarse en todos los campos pues los problemas no esperan. Las necesidades son inmensas. Hay desempleo, hay hambre, hay subversión y no tenemos al más hábil de los presidentes sino a un aprendiz de brujo. Solo eso nos faltaba. GPT
