Se cumplen este año los doscientos años de la realización del histórico congreso de Villa de Rosario, que fundamento’ el nacimiento de nuestro país y lo hiciera viable frente al contexto internacional y jurídicamente posible. Es decir, el congreso constituyente de la Gran Colombia
Para dicha conmemoración el gobierno nacional ha nombrado una serie de comisiones y subcomisiones con el propósito de que ellas realicen o propongan los eventos y acciones que se deban realizar para tan magno evento. Ya se empezaron a ver los resultados del ejercicio ponderado y exhaustivo que dichos organismos han realizado sobre las necesidades de nuestra región.
Es así, como la semana pasada nuestro diario La Opinión publicó la lista de las obras de infraestructura que se van a acometer para magnificar el evento. Ellas representan una cuantiosa inversión especialmente en obras de infraestructura, la cual asciende a miles de millones de pesos.
Pero para gran sorpresa, dichas obras se encuentran ubicadas en Boyacá y Cundinamarca y algo en Santander del Sur, dejando a nuestro departamento como siempre por fuera de ese gran plan de inversión. La pregunta como siempre es: ¿dónde están nuestros representantes y las autoridades regionales que no atinan a proponer algo concreto y efectivo que beneficie a los hombres de frontera y por lo tanto haga honor al sitio donde se reunió el congreso constituyente? Señores parlamentarios despierten que ya pasó la hora de la siesta, nada les cuesta hacer una llamada a los ministros o al mismo presidente.
Da grima recorrer las instalaciones de la casa de Santander o del templo histórico donde se reunieron nuestros primeros constituyentes quienes dieron luz a nuestra nación, por el estado de abandono en que se encuentran. Ya no queda nada de lo que fuera en su ‘época el parque Grancolombiano.
Me atrevo desde estas líneas a proponer dos sencillas acciones para dignificar la efeméride. Una primera seria de carácter educativo, enseñándole a nuestros conciudadanos que el templo histórico no es un lugar para jugar futbol o realizar paseos de olla como lo observamos los domingos, sino que es un lugar sagrado cuna de nuestra nacionalidad y en consecuencia se debe respetar y cuidar como se hace con la quinta de Bolívar o con San Pedro Alejandrino. Y el segundo, es recuperar para la ciudad el mural que conmemora tan magno evento y que se encuentra en la edificación del que fuera el banco comercial antioqueño convertido hoy en burdo parqueadero; obra del maestro Martínez Delgado el mejor muralista que ha existido en el país y quien también realizó el mural del salón elíptico del capitolio nacional. Estoy convencido que los actuales dueños del inmueble no saben del valor de la obra y que seguramente es superior al mismo edificio, así como estoy seguro que las autoridades de la cultura desconocen su existencia y si la conocen desconocen su significado y valor.
Posdata: ¿Será mamadera de gallo lo de las mil seiscientas dosis de vacunas para norte de Santander anunciadas por el gobierno departamental? Eso no alcanza ni para el ancianato de Cúcuta. Seamos serios señores.
