En Nueva York, hay dos temas que llaman la atención sobre el nuevo gobierno de Gustavo Petro: la amplia gama política de sus ministros—quienes son de izquierda, centro izquierda, conservadores y economistas keynesianos—lo que tranquilizó mucho a Wall Street.

El otro tema que se lleva todos los comentarios es la Cumbre Regional Antidrogas, propuesta por Petro, con la asesoría de expertos de Bolivia, nación que tiene una inmensa producción legal de hoja de coca destinada para la comercialización y su consumo doméstico y de Uruguay, país que despenalizó el cultivo y la venta de marihuana.

En dicha cumbre  participarían los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador; Jair Bolsonaro de Brasil, Gabriel Boric de Chile, Luis Arce de Bolivia, Alberto Fernández de Argentina, Pedro Castillo de Perú, Xiomara Castro de Honduras y, posiblemente, Daniel Ortega de Nicaragua. Faltan otros mandatarios latinoamericanos que no han confirmado su asistencia. Por tal motivo, habría sido la ausencia de Colombia en la OEA sobre el voto para el régimen de Managua, ocurrido la semana pasada.

Según los analistas internacionales, Petro también  impulsará una ley para que el Estado colombiano regule el mercado de la marihuana, cuyo consumo recreativo será legal. También se despenalizaría la producción de hoja de coca.

Sin embargo, la propuesta sobre la despenalización tiene muy poco consenso hemisférico.

Pero, la vinculación de los cárteles mexicanos en suelo colombiano con el fin de controlar el narco tráfico, y las alianzas con organizaciones criminales del resto de América Latina y los restantes continentes (los llamados súper cárteles) está  haciendo posible que el tema del narco vuelva a llevarse  los análisis de los tanques de pensamiento, especializados en temas latinoamericanos, donde aparentemente se comienza a discutir la idea de la despenalización como parte vital de la pacificación de América Latina.

De igual manera, hay que resaltar que desde hace años, las ONGs especializadas en Derechos Humanos y las Oficinas de Derechos Humanos, Paz y Reconciliación, Lavado de Activos y otras de Naciones Unidas, recomiendan la despenalización del tráfico de drogas.

Entre los grandes oponentes de dicha idea están los bancos mundiales a donde llegan todas las ganancias que deja la estela de violencia y muerte, generada por el narcotráfico.