Sí. ¡Cínera va, porque va! Es que no hay más alternativas. Con el agravante de un terrorismo invicto que sigue destruyendo y contaminando. Su objetivo es golpear la humanidad,

Miren, el 15 de abril de 2019, casi nos infartan a los cucuteños. En menos de 72 horas hubo dos atentados contra el tubo Caño Limón –Coveñas, según informó Ecopetrol,  uno de ellos en Pozo Azul.

Recuperamos la tranquilidad cuando la información aclaró que fue en pozo azul, otro balneario distante, en el municipio de Tibú, en el caserío “El Seis” y que afectó “el río Tibucito”.

Fue un susto grande, pues el corregimiento Carmen de Tonchalá está conformado por seis veredas: Pozo Azul, San Antonio, El Once, El Volador, El Almendrón y en la misma cuenca,  otras tantas veredas de San Cayetano con las quebradas La Tablona, La Miguelera, La Montera, Guaduas, San Isidro afluentes del rio Zulia. Veredas casi todas atravesadas por el oleoducto. 

Bueno, pero las causas grandes deben hacerse sin reproches, entonces debemos concurrir todos los desmotivados y los persistentes en Cínera.  

En plena campaña de su segunda  elección (octubre de 2015) William dijo: El Cínera no riñe con el Acueducto de Contingencia. Y nos permitirá generar empleo (3.000), energía, turismo, agua para el área metropolitana y progreso” sic. Entonces hay que atraerlo para que se “remotive”. 

En ese reportaje, sus consuetas lo desorientaron y ahí empezó “la cantata” del prejuicio del cierre financiero y de una alianza público-privada, para garantizar, “una posibilidad real de agua para nuestras futuras generaciones.  Conciliaremos la discusión de la gravedad y la represa del Cínera, dijo. (Sic). 

Ah, pues también  debemos recuperar para este sueño a Edgar,  que en su gestión como gobernador fue el opositor gratuito y desinformado por otro consueta malintencionado. Pero es un “godo bueno”.

Es más, se nos hace injusto el concepto que los alimentadores de Wikipedia, suministraron sobre su gestión en los siguientes términos; “Después de décadas de inactividad- del proyecto Cínera-, la administración del gobernador departamental, Edgar Díaz, ha optado por intentar ceder contratos que anulen este proyecto afectando a todo un municipio, en lugar de reiniciar gestiones entre la gobernación, la ciudad de Cúcuta y la Nación” sic.

Aún no se había desmotivado William cuando el 20 de mayo de 2016, ya gobernador por segunda vez, le presentó y pidió al Grupo EPM la posibilidad de construir Cínera.

Entonces sigamos sumando voluntades, de personajes valiosos, que inexplicablemente se desmotivaron. Personajes con vigencia política y gremial. Que apoyaron en su momento a William, como Gregorio Angarita Lamk, director de Corponor. O Rubén Darío Fernández de la Asociación  de Usuarios Campesinos del río Zulia- Asozulia- quien inexplicablemente se enfrió. Pero que el 2 de mayo de 2016 pactaron “un acuerdo de voluntades para avanzar en el embalse multipropósito del Cínera que nos beneficie a todos” (sic). Oficina de prensa de la Gobernación.

Por cierto,  ese mismo día- 02-05-2016 que William, entusiasmado prometió gestionar $4.000 millones con cargo al contrato PLAN- ante DAPN  para actualizar los estudios (sic) que generarían los pasos necesarios para empezar el embalse; Gregorio, ni corto ni perezoso ofreció otros mil millones de OCAD- CORPONOR para esa reformulación del proyecto. Ninguno cumplió.

Hubo un testigo de excepción que los escuchó a todos: el gerente de EPM,  Jorge Londoño de la Cuesta.

Adenda: ¿Por qué se desmotivarían tan entusiasmados personajes? ¿Por qué no recuperarlos y los metemos nuevamente en el sueño?