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Cúcuta también es víctima
Si antes de la crisis teníamos dificultades en atender a nuestra población, ahora estamos peor.
Jueves, 13 de Septiembre de 2018

Me atrevería a comparar la actual crisis migratoria con un desastre natural que no esperábamos. Y lo digo porque la magnitud del sufrimiento que estamos pasando los nortesantandereanos y venezolanos es desastroso. Recibiremos a los venezolanos con los brazos abiertos, pero con los pies sobre la tierra.
 
Días atrás, como congresista, hice un llamado al Gobierno Nacional solicitando un cierre temporal de la frontera con Venezuela. No porque pensara que cerrando la frontera se solucionaría la crisis, lo que buscaba era dar a conocer la grave situación en la que nos encontramos los cucuteños. Geográficamente, Cúcuta es la entrada principal de los venezolanos a Colombia. Se calcula que entre 20 y 30 mil personas cruzan a diario el puente Simón Bolívar, lo que hace evidente que los cucuteños son los colombianos más impactados con el éxodo masivo.
 
Mi preocupación se fundamenta en que Cúcuta aumentó en un 140% la ocurrencia de delitos, y Norte de Santander no da abasto para atender las necesidades de educación, salud y empleo de los 100 mil venezolanos que se han quedado a vivir en el departamento. Si antes de la crisis teníamos dificultades en atender a nuestra población, la cual está por encima del promedio de pobreza nacional, ahora estamos peor.
 
Estamos agradecidos con Venezuela por los siglos de historia compartida, y queremos ayudar. Sin embargo, necesitamos que el Gobierno reconozca a Cúcuta como el punto más importante de ayuda en esta crisis humanitaria. Por ello, estamos esperanzados con los anuncios que hizo el Canciller Carlos Holmes en su visita el pasado 31 de Agosto a nuestra ciudad.
 
Se gestionará la veeduría de las Naciones Unidas en este problema regional, para que en conjunto con los países vecinos podamos atender a los migrantes venezolanos a través de un fondo multilateral. 
 
Sobre el control de ingreso a Colombia, se habló de la urgencia de tener a los funcionarios fronterizos necesarios para identificar y caracterizar a los migrantes. Esto nos ayudará a evitar el ingreso de personas armadas o delincuentes que signifiquen un riesgo en seguridad. Al mismo tiempo, caracterizar a los venezolanos nos permitirá saber sus competencias para poder aprovechar su talento y su mano de obra, sin que se afecten las oportunidades laborales de los cucuteños.

También, me alegra saber que en el reciente encuentro sobre migración venezolana en Quito, Ecuador, los once países de América Latina que asistieron, incluido Colombia, decidieron seguir recibiendo solidariamente a los venezolanos. Se acordó aceptar los documentos vencidos de los migrantes como documentos de identidad, incrementar la asistencia técnica y financiera, organizar una base regional de datos de migrantes venezolanos, coordinar esfuerzos regionales para combatir la trata de migrantes, proveer oportunidades en salud y educación, y luchar contra la xenofobia. 
 
Para mi, es esencial aprovechar el recurso humano disponible. En concordancia con la Economía Naranja expuesta por el presidente Duque en campaña, la creatividad y la innovación son fundamentales para superar la crisis, y porque no, sacar provecho del nuevo recurso humano. Debemos aprovechar a los venezolanos que vengan con algún conocimiento o experiencia profesional, para que se vuelvan actores productivos de la sociedad colombiana. El reto es hacer que existan proyectos económicos que permitan generar desarrollo para que todos, colombianos y venezolanos, tengamos oportunidades laborales.
 
Confiamos en las ayudas humanitarias nacionales e internacionales para atender la crisis a corto plazo. Pero hacemos un llamado a las autoridades, bienvenidos los venezolanos de bien, y todo el peso de la Ley sobre los que hacen el mal. El que la hace la paga.

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