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Se ventilaron algunas palabras caídas en desuso, o porque nadie las escribe.
Miércoles, 11 de Noviembre de 2020

En la entrega del pasado marzo —cuando estaban pasando cosas pero no estaba pasando nada— se ventilaron algunas palabras caídas en desuso, o porque nadie las escribe, porque nadie las lee donde se escribieron o porque si se usan, mucha gente no las ha escuchado jamás o tan sólo no sabe su significado. Se retoma entonces la costumbre de atrapar palabrejas, de las que se deshacen los tiempos, de las que se llevan los viejos, de las que se carga la señora RAE, de las que aconseja la calle.

En la publicación “papel Higiénico ilustrado” —que alguien recordará— se hacía este ejercicio; ahora, por estos cauces vuelvo con porfía a lo mismo, sin otro pretexto que buscarlas, recordarlas, transgredirlas y disponerlas al margen del olvido, o para servirlas a quienes las quieran rescatar tal vez en un tuit en un chat en un post, así, castizamente escribiendo.

Agasajo: Así llamaban a una reunión en la que se mostraba afecto a alguien, se consumían viandas y licores. Ahora también es posible, pero con mascarilla.

Buche: la barriga de cualquier pajarito, antes o después de comer, o la de un niño antes o después de no comer. O ese ruido de líquidos en la boca, posibles con o sin mascarilla.

Taburete: especie de asiento unipersonal utilizado para sentarse —por ejemplo— a ordeñar sin necesidad de mascarilla, o para tomarse una cerveza quitándosela.

Francachela. Agasajo o ágape entre las mismas personas pero más tarde, más alicorados, con más ruido, más aerosoles y con menos mascarillas.

Trifulca: desorden, batahola, en contra de llevar mascarilla y a favor de la libertad de contagiar y ser contagiados sin ella. O sea, pendencia entre cascos y pasamontañas.

Enagua. Prenda antiquísima usada bajo la falda que se ponía o se quitaba según las costumbres, las circunstancias —como la mascarilla— y claro, guardando las distancias.

Tuste: coco, mollera, cap, cabeza, azotea, torre, es decir, esfera deforme que soporta ideas, sombreros, caperuzas, tiaras, gorros, cofias, orejas y mascarillas sujetas a las orejas.

Zaguán: pasadizo de ciertas casas antiguas, donde —entre otras cosas— era posible el último beso de novios o amantes, cuando la mascarilla era cosa de quirófanos.

Maromo: amante del género masculino también llamado tinieblo, querido; en versión femenina, pirueta o acrobacia sin urgencia de mascarilla en cualquier circo o zaguán.

Tocadiscos. Aparato reproductor de sonido con plato giratorio en el que se ponen elepés o long plays que deben ser frotados previamente con una mascarilla vieja, for example.

Mansarda: altillo de las casas de antes, que como la cigüeña llegaron de París, también llamada buhardilla, que al estar aislada podemos subir sin…

Emperifollar: ponerse las medias los pantalones o las enaguas o la corbata o el sombrero o la bufanda o la camisa, el jubón, la chaqueta o la chaquetilla. Y que no falte la…

Letrina: cubículo similar en forma y función a los destinados a las citas electorales, donde aparte de gérmenes ofrece algunas emisiones íntimas que e-xi-gen-el-uso-de-mas-ca-ri-lla.

Bueno, y alguien despistado podría preguntarse, ¿por qué tanta lata con la palabrita? ¿Qué es eso de mascarilla? Pues vocablo archiconocido por el ser humano, a saber:

Mascarilla: capas y capas de pasta de aguacate o pepino para exhibir mejores pieles, o capas y capas de fibras higiénicas de uso individual para ocultar las sonrisas, muecas, bochornos y flaquezas de la humanidad global.

www.luislunamaldonado.com

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