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El escaso nacionalismo musical

Como estudiante de Comunicación  Social y Periodista, en la UPB de Medellín,  realicé un programa de música andina colombiana que titulé “Geografía Musical Colombiana”.

Cuando apenas era un infante, en la  escuela urbana de La Piñuela, ubicada al frente del Hogar del Niño, recuerdo la felicidad que nos proporcionaba el profesor  Clavijo, que con su tiple debajo del brazo llegaba a enseñarnos canciones andinas  colombianas como el pasillo ‘Huri’, de autor anónimo y el vals “Pueblito Viejo”, del maestro José Alejandro Morales, que eran interpretados por el dueto  Garzón y Collazos.

El destacado músico del  barrio El Carretero, con su delicadeza y afecto nos trataba como si fuéramos sus hijos y se esmeraba por enseñarnos las letras  y melodías de una forma muy sencilla, procurando despertar el gusto y  cariño por la música más representativa de  Colombia en la década de los sesenta,  del siglo pasado.

En la antigua Normal Francisco  Fernández de Contreras, siendo un adolescente, la profesora Aurita Álvarez, con  quien después trabajé en la escuela Anexa, se dedicó a enseñarnos a cantar los temas  de moda, en los años setentas, que imponía  el dueto Silva y Villalba, como el pasillo de  Rodrigo Silva, “Viejo Tolima”, y el vals del  médico Jorge Villamil, “Si pasas  por San Gil”.

Durante los siete años  que me desempeñé como maestro consejero seguí con la misma  línea nacionalista y le exigía también a los practicantes que  les enseñaran a los niños los bambucos, pasillos y valses que  más se difundían por las emisoras locales.

Como estudiante de Comunicación  Social y Periodista, en la UPB de Medellín,  realicé un programa de música andina colombiana que titulé “Geografía Musical Colombiana” y que se difundía por Radio  Bolivariana, y para mi orgullo,  muchos años después de haber egresado,  permanecía en la parrilla de la emisora  universitaria.

En mi condición de jefe de Relaciones Institucionales e Información en la UFPSO, mediante el apoyo del Ministerio  de Cultura, durante casi diez años hicimos una serie de concursos artísticos con la  participación  de numerosas instituciones  de  educación superior de distintas regiones del país, en el que sobresalía el  de la Canción Inédita Andina Colombiana “Memo Lemus” y en el que nos dimos el  lujo de traer a los mejores duetos de la nación, para que sus integrantes oficiaran  como jurados y para cerrar cada uno de  los eventos.

Por esa razón, los amantes de este  decaído género musical pudieron disfrutar de los conciertos de Los Hermanos  Martínez y el connotado tiplista Pedro Nel  Martínez, en el entonces Cine Leonelda; Los Inolvidables, en el  polideportivo de  la  universidad; Silva  y  Villalba,  en  el  Parque  29  de  Mayo ; Los  Hermanos  López,  con el  gran  organista  antioqueño  Jaime  Llano Gonzales; Zabala y  Barrera,  y Maná, en el  auditorio mayor  de  Bellas  Artes.

Casi  todos  las agrupaciones contratadas fueron  ganadoras  en el  máximo  concurso ,  el  Mono  Núñez,  en  Ginebra,  Valle del  Cauca. Un proyecto que  se  presentó al Ministerio de  Cultura,  para realizar  dichos certámenes  musicales para  niños  y  muchachos,  infortunadamente no  fue  aprobado, y  se  perdió  la  oportunidad  de inculcarle a las  nuevas  generaciones  el  cariño  por  la  música del  interior  del  país. En  la  escuela  de  Bellas Artes,  se  abrieron  cursos  para  enseñar a  tocar  tiple, bandola  y  requinto, pero no  hubo ninguna  demanda de  cupos. Ya  no  se  encuentran en la  región ejecutantes  de  esos  instrumentos autóctonos.

Con  base en la exposición de los  esfuerzos por  difundir y  preservar esta  música de  origen  campesino ,  será que  en las  escuelas  y  colegios habrá algún intento por proponerle a los  estudiantes los  ritmos que escucharon  o  practicaron  sus ancestros , o solo  se pondrán a  tono  con  la  moda  del  reguetón  y  la  champeta?

A nivel  de  medios de  comunicación,  especialmente las  estaciones  radiodifusoras, en  la  UFM  es programa  bandera, Serenata Colombiana, que  dirige  el veterano  locutor  Eduardo  Candia  Jácome y que se emite todas las  mañanas  dominicales . El ex  sacerdote y docente, Alfredo Vergel Solano , mantuvo  durante  muchos  años  un  programa en  la  emisora  diocesana Radio Catatumbo.

El  poco  interés que  hay  en  el  país por  la  música folclórica,  particularmente  la  andina,  se  reflejó con  la  muerte  de  Helio  Roberto  Zabala Suárez, primera  voz  y guitarra melódica, del  dueto boyacense  Zabala  y  Barrera. La triste  información se  difundió por semanarios regionales  y  por  corresponsales de cadenas  radiales, y los  grandes medios del  país no  le  dieron  ninguna  importancia a  la  sensible  desaparición  del destacado  músico.

Nuestra Universidad,  a  través  de  su  emisora institucional, el  domingo  pasado le  rindió un merecido homenaje  póstumo  al  guitarrista y  cantante , portador  de un don  de  señor  y  caballero.            

Miércoles, 11 de Marzo de 2020
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