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El país que deseamos

¿Cuál es el aporte ciudadano en la solución de cada uno de estos males?

Al hacer un rápido examen de los comentarios que analistas, columnistas y periodistas hacen de los problemas que agobian a Colombia, de las falencias de nuestro sistema político y de las desigualdades enormes de la sociedad, podemos hacer su inventario que no es demasiado grande pero sí aterrador.

Entro a señalar a la violencia como el más grande flagelo que padecemos. Una violencia que viene arraigada en el país desde los albores de la República, y que ha tenido épocas de terribles consecuencias. Hoy, con los fenómenos modernos del narcotráfico, la minería ilegal, la desconfianza en la administración de justicia y el afán por el enriquecimiento ilícito, este flagelo tiene unas connotaciones de calamidad.

La destrucción del medio ambiente con el que la naturaleza nos ha premiado puede ser el segundo de los grandes daños que se hacen al país. Muchos de las anteriores causales inciden en la desforestación, la contaminación y agotamiento de las fuentes de agua, la ocupación indebida de los páramos, la destrucción de los humedales etc.

La corrupción pública y privada es percibida como otro de los grandes males que sufre la sociedad colombiana, que conduce al enriquecimiento de los delincuentes y al empobrecimiento de los demás.

La degradación de la política ha llevado a convertir a Colombia en una presa de muchos inescrupulosos, que se postulan para ocupar cargos del Estado con el fin de enriquecerse y aprovecharse de la ingenuidad de los ciudadanos. Este hecho es una fuente permanente de corrupción y de ineficiencia de los poderes públicos para solucionar los problemas comunes.

Frente a este oscuro panorama es fácil descargar la responsabilidad del ciudadano asignándole toda la culpa a los gobernantes nacionales: El gobierno debe acabar la violencia, impedir la destrucción del medio ambiente, erradicar la corrupción, controlar a los políticos y hacer que funcione bien la administración de la justicia.

Pero, cabe preguntarse: ¿Cuál es el aporte ciudadano en la solución de cada uno de estos males? ¿Quiénes son los que asesinan, secuestran y reclutan menores? ¿Quiénes son los que destruyen la selva para sembrar coca? ¿Quiénes son los que se apropian indebidamente de tierras y arrasan los bosques? ¿Quiénes son los que sobornan a los jueces? ¿Quiénes los que atracan, vende lo robado, falsifican documentos, engañan a sus clientes?...

En esa interminable lista de acciones indebidas hay un común denominador que generalmente pasamos por alto, porque es más fácil alzar el dedo acusador contra alguien en lugar de aceptar que la sociedad colombiana sufre de una descomposición asombrosa que nos compromete a todos.

El Presidente Kennedy de los Estados Unidos, en su discurso de posesión dijo: no pregunte qué puede hacer la Nación por Usted, sino qué puede hacer Usted por la Nación. Es el resumen de la actitud que debemos tener los habitantes de un país para progresar; para vivir en armonía; para que, cumpliendo la ley, recibamos la protección del Estado. En fin, para que haya paz, progreso y felicidad.

NOTA. Felicitaciones a Ecuador por el desarrollo de unas elecciones presidenciales en paz y con orden, y al nuevo Presidente Guillermo Lasso con quien Colombia tendrá un aliado para aclimatar la paz.

ramirezperez2000@yahoo.com.mx

Domingo, 18 de Abril de 2021
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