Existen situaciones o hechos que nos llevan a sentir franca envidia o envidia de la sana como suele llamarse. Eso es lo que nos produce la cultura paisa. Los antioqueños son emprendedores, osados, tenaces, sacan adelante cualquier proyecto que se propongan, pero lo mejor que tienen es el amor por su tierra por sus usos y costumbres, lo cual inculcan a sus hijos desde la temprana edad, no es mas que ver el desfile de los silleteros donde niños de distintas edades desfilan cargando las sillas llenas de flores con inmenso orgullo. Los antioqueños veneran a sus artistas, los protegen y los consideran un patrimonio regional.
Lo anterior viene a cuento por una noticia aparecida en los medios la semana pasada en la cual se informaba que las autoridades de Medellín, habían tomado la decisión de trasladar un mural, obra del maestro Botero de un centro comercial donde se encuentra a uno de los museos de la ciudad con el fin de protegerlo y conservarlo.
Que distinta actitud la asumida por los antioqueños a la que han venido manteniendo nuestras autoridades con el hermoso mural del maestro Martínez Delgado que representa a los padres de la patria en el congreso de Villa de Rosario que diera origen a nuestra nacionalidad.
El maestro Martínez Delgado es sin duda alguna el mejor muralista que ha tenido Colombia, Dentro de sus obras que son muchas se encuentra el mural del Salón Elíptico del Congreso.
Pero en nuestra ciudad tener una de las obras de arte más importantes del país no cuenta, eso no es de la incumbencia de las autoridades, no está dentro de sus prioridades
Me atrevo a manifestar que los encargados de la cultura y el arte tanto de nivel municipal como departamental no tienen ni idea de la existencia de dicho mural que se encuentra abandonado en un parqueadero ubicado en la que otrora fuera la sede del Banco Comercial Antioqueño.
Seguramente que si la obra en mención se encontrara en Medellín o un pueblo de Antioquia ya existiría una ley grabando a los colombianos para lograr su traslado.
Por eso da risa el facilismo que nos agobia y se traduce en acciones como la convocatoria a los estímulos culturales. ¿Cuál cultura si no sabemos conservar y apreciar lo nuestro? Lo primero que debemos enseñar es, quienes somos, de donde venimos y que valores tenemos.
Señor alcalde: inicie una campaña para salvar el mural del maestro Martínez Delgado, o por lo menos obligue a su secretario de cultura a que lo conozca y que promueva su conocimiento entre las nuevas generaciones antes de que el Bulldozer del mal llamado progreso lo haga desaparecer en medio de los escombros.
Dentro de las obras y eventos de la celebración del bicentenario de la constitución de la Gran Colombia ¿se encontrará algo que haga mención al tema que nos ocupa? No lo creo, todo se irá en fanfarria y discursos, además obras que dormirán el sueño eterno como el tan cacaraqueado centro de convenciones.
¿Y la Academia de Historia del Norte de Santander qué dice? ¿Se ha pronunciado al respecto? Debería pronunciarse y hacer presión para que se dé una solución a este tema.
Cada vez que visito el parqueadero donde entre el humo de las motos y el ruido de los motores se encuentra el mural del maestro Martínez, siento un dolor de patria que me llega al fondo del corazón.
Puede ser que la celebración del bicentenario no se vaya solo en fritanga, música y discursos, sino que sirva para algo, y perdonen que sea repetitivo con el tema.
