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Junio para la historia

Junio, un mes para la historia y la celebración de fechas especiales.

Llegó el sexto mes del año. El de la mitad. Medio año, casi que sin darnos cuenta. Con el tapabocas a medias, y medio vacunados.

Junio siempre ha sido un mes especial. Para empezar, hay que decir que está dedicado al Sagrado Corazón de Jesús. Desde hace varias décadas el país le fue consagrado a su nombre, y los católicos recibimos el mes con mucho júbilo y devoción, sabiexndo que sólo Él nos sacará de este atolladero. Esa es nuestra esperanza.

En segundo lugar, este es el mes de nosotros los papás y papacitos. Es decir, es el mes de la revancha. Celebramos con acordeón y guacharaca el día de la Mujer, y costoso que nos salió el día de la Madre, con tríos y guitarras. Ahora esperamos que las mujeres se manifiesten, como debe ser. Porque ser padre no es cualquier cosa. Somos el elemento indispensable para que las madres sean madres y los hijos sean hijos. Sin nuestra colaboración, nanay cucas.

Hay un tercer factor que, aquí en Cúcuta, hace de junio un mes para la historia. Y es que fue un 17 de junio cuando Juana Rangel de Cuéllar dejó de ser simplemente la Juana, para ser doña Juana, la benefactora, la dama de gran corazón, la donadora de tierras. Iba a decir la Fundadora de Cúcuta, pero me caen los historiadores puros, los que dicen que no fundó nada sino que apenas repartió unas tierritas, que era como quitarle un pelo a un gato.

La dama era terrateniente, según cuentan, y  legalizó con escrituras las invasiones que le habían hecho algunos vecinos.  Pero fue a partir de esas escrituraciones que nació lo que hoy conocemos como San José de Cúcuta. 17 de junio de 1733: Hace 289 años.

   Pero este junio trae otras novedades: No hemos salido de la COVID-19 y ya nos amenazan con otra plaga: la viruela, que ya creíamos eliminada de todo el mundo. Y dizque ya viene llegando. Detrás vendrán el sarampión y las paperas y las niguas y la fiebre amarilla: Las plagas de antes. Entonces aparecerán otras vacunas y la historia se seguirá repitiendo.

Hay gente que les tiene miedo a las vacunas. Viejos que tiemblan ante una aguja. Y viejas que se orinan del susto. Estaba yo en la escuela cuando llegó al pueblo una brigada de vacunación. Los muchachos saltábamos matones y hasta preferíamos la muenda del papá antes que dejarnos chuzar. Hoy, muchos años después, habríamos de recordar aquella mañana cuando los papás nos llevaban a la fuerza frente al pelotón de vacunación.

De modo que comenzamos junio llenos de miedo. Miedo a la Covid 19 que dizque está tomando fuerza de nuevo. Miedo a la nueva viruela. Miedo a las vacunas. Y un miedo peor: lo que sucederá el próximo 19 de junio, día en que se desarrollarán las definitivas elecciones presidenciales.

Ese día sabremos quién es quién. Y de lo que pase ese día dependerá en gran medida la suerte del país. Un candidato es lenguaraz, folclórico, con una gran facilidad de expresión para echar madrazos, pero  tiene muy claro lo que Colombia necesita para salir del miercolero en que estamos. Muchos se burlan de él y otros le temen porque es el enano que se les creció de golpe, cuando menos lo esperaban.

El otro candidato causa un miedo atroz porque sus propuestas se parecen a las del finado Chávez, y porque entre los que le siguen hay de todo: gente buena, gente engañada y gente mala, incendiaria. A ese sí que le tenemos culillo.

gusgomar@hotmail.com

Jueves, 2 de Junio de 2022
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