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La cultura del libro
Quien no está educado para este ejercicio, la lectura le va a resultar siempre un oficio tedioso que lo lleva al cansancio.
Jueves, 5 de Mayo de 2016

Con motivo de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, los diferentes medios de comunicación del país se han ocupado por estos días de todo lo que encierra la importancia de la lectura en la formación de las personas, para hacer del individuo un ser verdaderamente pensante y con cimientos para abordar y desarrollar el conocimiento.

No basta para lograr tal objetivo el deseo de comprar libros y aproximarse a las lecturas, si no se está preparado para asimilar los contenidos que los textos ofrecen. A los educadores se les ha olvidado hoy en día, enseñar a las personas desde las edades tempranas a desarrollar los criterios de comprensión de lectura, para que esta pueda llegar a cumplir con el objetivo de la asimilación de los contenidos y de proyección de las expectativas para buscar los horizontes de los temas que se quieren abordar.

Quien no está educado para este ejercicio, la lectura le va a resultar siempre un oficio tedioso que lo lleva al cansancio, la desesperación y el deseo de abandonar los textos apenas iniciados.

En los establecimientos educativos se ha privilegiado la memoria y por lo general los estudiantes que recitan son recompensados en la evaluación, sin percatarse de que el texto expresado de esta manera sirva o no para el análisis y para la generación de nuevas ideas y para estimular el desarrollo conceptual.

Los docentes deben tener muy en claro que todos los estudiantes son distintos; que para unos es fácil asimilar el conocimiento y para otros no, y en ese sentido es necesario individualizar el control en el aprendizaje y aplicar diferentes tácticas y criterios, para enseñar al alumno la forma como se deben asimilar los contenidos y el dominio que se debe alcanzar del conocimiento, para que se puedan abordar las etapas del análisis, de la crítica y también la del valor agregado que cada individuo debe aportar al ejercicio de la lectura, traducido esto en la capacidad de acrecentar las bases de las ideas abordadas.

Cuando una sociedad está en capacidad de asimilar la información disponible y además procesarla, estaremos frente a un escenario de progreso, de evolución y de materialización de las expectativas del crecimiento humano.

El día en que los maestros, y también los padres de familia, sepan aplicar estos criterios, muy seguramente estaremos frente a claras expectativas de evolución en la sociedad, con ciudadanos más activos, más participantes y más dispuestos para participar del proceso creativo.

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