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Los papistas

Y parece increíble que todavía haya gente que caiga en la vieja trampa, inventada por el propagandista de Hitler, el suicida Goebbels.

Viejo aforismo que he oído desde mi paso fugaz por colegios religiosos señala que hay personas tan fanáticas que son más papistas que el mismísimo Papa, el último de los cuales acaba de demostrar que se consigue más con miel que con vinagre, más con amor que con odio, algo que han olvidado algunos de nuestros intransigentes dirigentes de derecha, herederos del viejo laureanismo y del arcaico nazismo, que practican aforismo que sigue funcionando en este país del sagrado corazón: mientras más grande sea una mentira más personas la creerán. 

Y parece increíble que todavía haya gente que caiga en la vieja trampa, inventada por el propagandista de Hitler, el suicida Goebbels, quien merece  sitio de honor en el uribismo, partido creado con base en el odio y las mentiras del expresidente Álvaro Uribe hacia su sucesor, Juan Manuel Santos. 

¿A qué se debe la remembranza? Sencillo. Leyendo las columnas de los periódicos encontré detalle significativo. 

Por un lado, el cúmulo de críticas a los acuerdos de paz de La Habana, que dejaron alegría entre los enemigos de los diálogos de paz y satisfacción entre los amigos del gobierno, que ha logrado triunfo reconocido por mucha gente de la mayor valía, inclusive el Papa Francisco. 

Las críticas de los guerreristas las encabezan Alvaro Uribe y el resentido procurador Alejandro Ordoñez, quien a pesar de la realidad política se cree candidato presidencial pues ya olvidó sus épocas en que quemaba libros. 

Revisé con mucha atención las columnas periodísticas en las que se hizo similares críticas al acuerdo de paz suscrito por el presidente Santos y por el jefe de la guerrilla comunista, alias Timochenko, el nombre del mariscal que derrotó a los nazis, que ojalá produzca lo que esperamos quienes amamos a la patria: el fin de un conflicto que se inició en 1948, antes del asesinato del más grande caudillo político que ha pisado estas tierras, Jorge Eliécer Gaitán, víctima de un desadaptado que creía en temas esotéricos y actuó como uno de esos elementos que han sido bautizados con el nombre genérico de ‘’lobos solitarios’’, autores de crímenes que han estremecido a la humanidad, como los de los dos Kennedy y Martin Luther King.

Las columnas periodísticas coincidieron en críticas similares que incluían la tesis de que se había atentado contra la unidad de las fuerzas militares, las cuales se encontrarían resentidas contra el gobierno Santos. 

El argumento resultó mentiroso: poco después, en reportaje periodístico, el excomandante de las fuerzas militares, el general Jorge Enrique Mora, despejó todas las dudas y puso las cosas en su verdadero lugar. ‘’El acuerdo’’, dijo el antiguo militar, ‘’tiene el aval de todos los militares’’. Así salió a relucir la verdad. Los profetas de desgracias quedaron en evidencia y, una vez más, se repitió aquello de que hay gente más papista que el Papa, en su afán de diseminar la mentira. Afortunadamente, los militares colombianos son amigos de la paz y no quieren más guerra. 

P.D. Me alegran mucho los triunfos del nuevo comandante del ejército, el general Mejía, hijo de ese gran señor y caballero de las armas que fue el general Nelson Mejía Henao, quien ocupa destacado lugar en el recuerdo de los grandes militares colombianos. Paz en su tumba, viejo y querido amigo.  

Viernes, 9 de Octubre de 2015
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