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¿Los tratados públicos, como el agua?
¿Dónde ira a quedar el viejo concepto de soberanía?
Jueves, 5 de Agosto de 2021

A veces llega uno a pensar que el Derecho Internacional público y el privado son como el agua que llena todos los vacíos. Con el agravante de las leyes físicas absolutamente inmodificables.

La afirmación anterior debiera ser relativa. Pues si tal disciplina se ocupa de las relaciones entre los Estados y los sujetos internacionales para garantizar la paz y la equitativa resolución de los conflictos en esas mutuas relaciones, lo consecuente sería que se dieran limitantes a los organismos internacionales, que se propasan y borran la soberanía.

Es lo que viene sucediendo con los fallos de los tribunales internacionales, que se han convertido en cajas de resonancia, para burlar la jurisdicción y la competencia institucionales de los Estados soberanos. Caso excepcional es el del rango supranacional que debe darse a la protección de los derechos humanos.  

La historia del Derecho Internacional Público lo corrobora.  Es lo que enseñamos en los pregrados de las facultades de Derecho y en la ESAP. Siempre ha habido algún tipo de orden jurídico para la solución de las diferencias interestatales. En esta nuestra cultura occidental, todo comenzó con las diferencias religiosas, que originaban guerras y terminaban en pactos zonales, regionales, los primeros bloques heredados y los modernos, que pactaban términos honrosos de rendición, que presumían una igualdad como en los tratados de Westfalia.  

Cuando surgen las cortes internacionales, los Estados como que ven desvanecer su soberanía, y la importancia política de las diferencias crecen en el Derecho Internacional Privado, como hoy. Porque el Público se queda en el poderío económico y militar de las grandes potencias, cada una con sus Estados satélites. Potencias que controlan y supeditan las soberanías estatales mediante los organismos internacionales, que ahora son un enjambre.

Todo comienza en las Cortes. Como el caso de las Reclamaciones de Alabama, desde la Guerra de Secesión de los Estados Unidos cuya decisión fue tomada por la Corte de Ginebra.

Pero bueno, la situación de los Estados soberanos, satélites de las grandes potencias, cada día se ve disminuida por las organizaciones internacionales. Petro nos lo acaba de demostrar.

No es posible, por ahora, dimensionar hasta donde llegará el poder de las organizaciones Internacionales y su función mediadora, ahora con disfrazado poder coercitivo, sobre todo en el manejo de los temas: Tratamiento a extranjeros y Derechos Humanos Fundamentales. 

Muchas facetas de la vida de los pueblos Latinoamericanos quedan en manos de organizaciones como: ONU, OEA, FAO, FMI, BM, Consejo Europeo, OIT, OMS, OMT, La Comisión Interamericana de los Derechos Humanos.  ALADI.CEPAL, SICA, UNASUR, MERCOSUR, BID.

¿Dónde ira a quedar el viejo concepto de soberanía?

Adenda:   La Policía en el ejercicio de sus funciones preventivas y represivas dentro de la ley ¿podrá ser privada del derecho fundamental a la defensa?    

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