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Nuevo Código de Ética Médica

Un texto que garantiza la actuación correcta en lo relacionado con la vida humana.

Los tiempos cambian, las sociedades evolucionan, los avances de la ciencia transforman nuestras interpretaciones y todo eso, tiene consecuencias en los actos de los seres humanos.

El acto médico, no es ajeno a esos impactos.

Por el contrario, debe evolucionar a la par del progreso de las sociedades en las que está inmerso y conservar los principios intemporales de su juramento hipocrático.

Desde 1981, año en el que se promulgó el actual código de ética médica, la ley presentaba fallas pues no reconocía el contexto del ejercicio de la medicina, y posteriormente, le cerró las puertas a los avances científicos o a la aplicación de nuevas tecnologías dentro del ejercicio profesional.

Por esta razón, la Academia Nacional de Medicina convocó a las principales sociedades científicas del país para que a través de una especie de junta médica, se analizara la ley 23 de 1981 y se redactara una propuesta de reforma actualizada.

En este ejercicio de consulta, participaron asociaciones como el Instituto Colombiano de Estudios Bioéticos, la Federación Médica Colombiana, la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas, el Colegio Médico Colombiano, la Asociación Colombiana de Facultades de Medicina y el Tribunal Nacional de Ética Médica.

Como resultado, esta semana radicamos ante el Congreso de la República el proyecto de ley del nuevo código de ética médica.

Un documento, fruto de la reflexión de los médicos del país y de la necesidad de autorregularse, un texto que garantiza la actuación correcta en lo relacionado con la vida humana y define los principios fundamentales que deben regir el acto médico: no maleficencia, beneficencia, autonomía y justicia.

Así, este proyecto busca garantizarle al paciente un rol más participativo en la definición de su tratamiento y en su proceso de recuperación para superar esa condición de incapacitado que tradicionalmente ha tenido y convertirse en un sujeto activo.

También, sanciona toda conducta médica que atente contra la obligación moral de actuar en beneficio del paciente sin producirle daño y finalmente, le impone al Estado, el deber de actuar con criterio justo hacia el logro de un servicio de salud de alta calidad que sea accesible para toda la población.

Este nuevo código nos garantizará a nosotros, como pacientes, que el acto médico sea el fruto de una reflexión consciente, inteligente, madura, adaptada a la realidad actual y no, el resultado de lógicas económicas perversas.

(Colprensa)

Sábado, 1 de Agosto de 2015
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