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Un plan para el Catatumbo
Lo importante de todo esto, es que, por primera vez, la unión de voluntades políticas, de los distintos niveles de la administración pública, lograron crear un instrumento de planificación absolutamente importante.
Viernes, 31 de Diciembre de 2021

Por Ariel Rodríguez

De tiempo atrás los distintos gobiernos han tratado de regionalizar el país, en aras de identificar las carencias, potencialidades y aprovechar economías de escala para la inversión, en las regiones.

Sin embargo, la gran mayoría de esas propuestas han tenido poco éxito en su aplicación, por no decir que ninguno. El último intento se viene dando con la propuesta de los llamados planes de desarrollo departamentales o PDET´s, por sus siglas, que luego de librarse una larga batalla por los departamentos, se autorizó a los gobernadores para que diseñen y tracen una hoja de ruta que diera cohesión a las regiones y subregiones, en las que se dividen sus entidades territoriales.

En el caso de Norte de Santander, entiendo que nuestro PDET, está en construcción; pero se hace imperioso que el señor gobernador Silvano Serrano Guerrero, acelere su elaboración, trámite y aprobación pues a partir del primero de enero próximo, el sol comienza a ponerse a sus espaldas.

Ahora, respecto de lo que nos compete a los nortesantandereanos, se hace urgente poder hilvanar e institucionalizar la subregión del Catatumbo, que abarca el 50% de su territorio, con once municipios: Tibú, Sardinata, Ocaña, Abrego, Teorama, San Calixto, Hacarí, La Playa, Convención, El Carmen, El Tarra.

En el gobierno del presidente Juan Manuel Santos, el IGAC inició un trabajo muy importante con la Asociación de Municipios del Catatumbo, liderada entonces por Emiro Cañizares, que buscaba la confección de un Plan de Ordenamiento Territorial, conjunto, para esos municipios. Se alcanzaron, entonces, a adelantar estudios semidetallados de suelos a escala 1:25000; la elaboración del conflicto de uso de los mismos; USAID y Corponor, financiaron y elaboraron los estudios básicos de riesgo; el Codazzi y la Universidad Francisco de Paula Santander, sede Ocaña, elaboraron el Sistema de Información Geográfico-SIG-, hoy administrado por esa Universidad. Todo lo anterior para tener, entre otras cosas, una información precisa, y mejorar la productividad de los suelos del Catatumbo.

Entiendo que hoy, el actual presidente de la Asociación de Municipios del Catatumbo, Edgar Andrés Pallares, ha continuado con la tarea; y dicha Asociación fue declarada Gestor Catastral. Frente a esta importante responsabilidad, solo me resta desearles éxitos y advertirles sobre lo delicado que conlleva esa operación (es crear un pequeño IGAC), pues, por la manera como el gobierno del presidente Duque ha venido “feriando el Catastro”, la suerte de los gestores, es bastante dudosa. El tiempo, lo dirá.

Pero, lo importante de todo esto, es que, por primera vez, la unión de voluntades políticas, de los distintos niveles de la administración pública, lograron crear un instrumento de planificación absolutamente importante, por lo que sería imperdonable y un gran retroceso, no culminar los pendientes y echarlo a andar. La hoja de ruta para el Catatumbo deberá ser dibujada, entonces, ya no dando palos de ciego, improvisando, sino elaborada con estándares técnicos que permitan trazar un mejor futuro para el país, la región, y la futura subregión.

Creo, que el gobierno departamental no ha “cacareado” suficientemente este logro que, quizás por lo técnico, pareciera no dársele la importancia que merece. Es cierto que el día a día de todo lo que ocurre allí muchas veces no deja ver los avances, pero es necesario contarle al país que, en medio de la selva de dificultades, el Catatumbo avanza con paso firme hacia su redención. Y, en esta época electoral, a los candidatos presidenciales, se les debe exigir un pronunciamiento y compromisos expresos y divulgarlos, para que no pasen de agache con el departamento y esa región, como ocurrió con este gobierno que, por fortuna, ya casi termina.

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