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¿Y si pasa Rodolfo Hernández?
Las últimas encuestas hablan de la remontada de Rodolfo Hernández y en algunas elecciones anteriores los resultados han sido impredecibles.
Domingo, 22 de Mayo de 2022

En los últimos años en algunas elecciones presidenciales en Colombia han ocurrido  resultados electorales impredecibles, golpes de opinión de última hora que a algunos le han permitido llegar a la Casa de Nariño. Así sucedió en 1998 cuando ganó Andrés Pastrana, en un país que daba como seguro ganador a Horacio Serpa y para la segunda vuelta una foto cambió el panorama electoral. Pastrana se toma una foto en la selva con Manuel Marulanda, envía el mensaje que la paz si era posible y ganó.

Tan solo cuatro años después el que ganó la presidencia fue Uribe, ya no con un mensaje de paz, sino de guerra, de combatir a la guerrilla, que podía ser derrotada y así ganó la presidencia hace 20 años. Sin duda en los días previos a unas elecciones juega más la emotividad que la razón y eso es lo que ha entendido el exalcalde de Bucaramanga. Ahí ha estado el error del mejor de todos los candidatos hoy, Sergio Fajardo, quien presenta un discurso serio, coherente y ajustado a la realidad, pero frío, y ese mensaje no le llega a la gente. Esa puede ser la explicación de su caída.

Las últimas encuestas hablan de la remontada de Rodolfo Hernández, afirmándose que en cuestión de días ya logra empatar técnicamente a Fico, podría ser la gran sorpresa electoral. En ese manejo de la emotividad del elector son muchos los mensajes que envía Hernández que le llegan a la gente, así no sean probables: “Si llego a la presidencia le voy a quitar el carro a los congresistas…hoy termina el último día de los políticos ladrones”. De si ello es posible en  realidad, poco importa.

De lo que se trata en este momento es de conseguir votos y por eso vota la gente porque es lo que quiere escuchar. Por eso Hernández se proyecta como una gran sorpresa electoral, que apunta a lo que ya sostienen muchos: resultaría más complicado para Petro ganarle en la segunda vuelta a Hernández que a Fico.

Curiosamente en algo se parecen Petro y Hernández: en lo autoritarios cada uno desde su esquina. Si algo se le reprocha al candidato de izquierda es que no sabe trabajar en grupo. Un exministro de esa línea me comentaba por estos días que era muy común en Petro reunirse, aparentemente para tomar decisiones en grupo, y al otro día actuaba solo. A pesar de su discurso conciliador y de apertura, tiene un sesgo caudillista. Cuando fue alcalde de Bogotá, su amigo y compañero de ideología Antonio Navarro no lo soportó ni seis meses.

Y ni imaginar lo que podría ser un eventual gobierno de Rodolfo Hernández, en ese tono autoritario propio del candidato que al fin y al cabo sería el que ganaría. El ingeniero no ha hecho en campaña nada diferente sino al de descalificar con improperios a la clase política. Sin duda que muchas de las cosas que dice en ese lenguaje directo son ciertas, y esa forma de comunicación es la que está triunfando, seguramente sobrepasando un discurso de Fico que tiende frecuentemente a plantear programas y alternativas muy abstractas, que la gente no cree como aquel slogan: “Promoveré Orden y Oportunidades en las regiones para reducir la pobreza”.

Eso es lo que viene diciendo la clase política tradicional hace más de 70 años y finalmente no salen con nada. Hoy con la emotividad de la campaña política al elector le llega más el madrazo y palabras de alto calibre que un mensaje vago. Y para anécdotas de presidentes, la de Rojas Pinilla el 13 de junio de 1953. Estaba en Melgar descansando, un avión venía a recogerlo y el general prende el radio, algo sucedía; se entera que Laureano acababa de renunciar y que lo había dado de baja, Rojas se ríe y dice “Viejo pendejo”; lo que no sabía era que ese viejo pendejo lo había dado de baja era para escogerlo como futuro presidente.

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