Los habitantes de este asentamiento ubicado en la comuna 10 de la ciudad, decidieron crear siete comités para trabajar por más oportunidades que beneficien a las familias que habitan el lugar.

Cada equipo está conformado por cinco o tres personas que son las encargadas de llevar a cabo acciones que contribuyan al desarrollo del asentamiento.

Los comités que se han organizado son los de hábitat y ambiente, salud, comunicaciones, emprendimiento, equidad de género, convivencia, juvenil y deportes. 

La idea de darle vida a estos grupos nació de las diferentes necesidades que presentan y de sus ganas por salir adelante. 

Las personas que viven en la comunidad se caracterizan por tener un espíritu soñador.

También se interesan por trabajar en equipo y unirse para alcanzar grandes metas.

En el lugar hay más de 340 personas de nacionalidad colombiana y venezolana que llegaron para construir un hogar y poder tener una mejor calidad de vida.

Cada comité se reúne para proponer ideas y mostrar a su gente que la labor que están ejerciendo va dejando frutos.

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Alejandra Ramírez, presidenta de la junta directiva aseguró que gracias al nacimiento de los equipos de trabajo han podido conseguir grandes cosas para las personas como por ejemplo contar con un alcantarillado.

Esta líder también pertenece a uno de los comités, impulsando el talento y las capacidades que tienen las personas del asentamiento. 

“Pertenezco al comité de emprendimiento, donde hemos iniciado tres negocios para la comunidad, un muchacho que alquila lavadoras, una persona que vende empanadas y yo que tengo un inicio de fabricación de calzado”, indicó Ramírez.

Por su parte, el comité juvenil ha logrado integrar a 45 adolescentes para instruirlos y enseñarlos a estar comprometidos con su entorno.

También han obtenido logros como conformar dos equipos de fútbol de diferentes categorías en el que también hacen parte menores de sectores aledaños a Nueva Alianza.

Asimismo, las personas reunieron llantas para dar acceso y mejorar las vías que conducen a sus lugares de residencia.

Julieth Olaya, trabajadora social que ha estado acompañando el proceso de crecimiento de esta comunidad hace cuatro meses, mencionó que estas personas han ratificado el amor por su profesión y que ha aprendido de cada uno.

“Me siento feliz y orgullosa de verlos avanzar y salir adelante, siempre tienen algo que proponer, son unidos como una familia, están dispuestos a trabajar por su gente. La idea es que ellos aprendan y aprovechen todos los espacios y ayudas que les brindan”, puntualizó. 

Para Gregory Escalona, líder del comité de convivencia, estar vinculado en estos procesos es satisfactorio porque sirve a su comunidad para que puedan disfrutar de un ambiente tranquilo.

“Uno de mis trabajos es ayudar a que los vecinos y familias puedan solucionar sus diferencias y evitar que se presenten problemas”, manifestó. 

En medio de la época decembrina los equipos se reunieron para preparar las novenas y hacer de estas fechas un motivo más para permanecer unidos. También elaboraron un árbol con llantas y adecuaron el espacio para hacerlo colorido y bonito.

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Por su parte, Luiggy Aponte un locutor que vive en Nueva Alianza se ha sumado a las diferentes actividades que pone en marcha la comunidad.

Él apoya el comité de comunicaciones y con sus conocimientos se ha encargado de hacer vídeos para mostrar los avances que han tenido en el lugar.

“Los videos fueron para informar sobre el alcantarillado, un reportaje de las iniciativas para las vías y un clip de agradecimiento a las diferentes fundaciones que nos han ayudado”, dijo Aponte. 

Luiggy se encarga de la producción de las piezas audiovisuales por medio de su celular, donde ha instalado varias aplicaciones para llevar a cabo la edición de cada uno.

Una vez finalizado se comparte en los grupos de Whatsapp y la página en Facebook del asentamiento humano.

La caseta de los sueños

Este representativo lugar se ha convertido en el espacio donde la comunidad se reúne para trabajar y compartir un rato agradable.

La caseta fue construida hace cuatro meses, gracias al apoyo de una fundación y personal de la iglesia Católica.

Según las personas, en el lugar han llorado, reído, disfrutado y creado propuestas para gestionar ayudas y hacer actividades. 

En este espacio se reciben a las organizaciones o personas que visitan el asentamiento para entablar conversaciones y hablar sobre las metas que tienen proyectadas para el otro año. 

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