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Con muralismo, niños de La Fortaleza reconstruyeron memoria histórica 
La iniciativa surgió de Katherine Cerón, para obtener su título de Comunicadora Social en la Universidad Francisco de Paula Santander.
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Ronaldo Medina
Ronaldo Medina
Lunes, 19 de Abril de 2021

Reconstruir memoria se ha convertido, a través de los años, en uno de los símbolos más propicios para la remembranza de hechos pasados por los que las comunidades luchan por obtener reparación y garantías de no repetición, como el desplazamiento forzado por el conflicto armado colombiano o las causas que llevaron a la migración venezolana.

Es por medio de emblemas que estos proyectos se llevan a cabo. En el asentamiento La Fortaleza, hace poco culminó uno de ellos, liderado por la docente Margarita Peñaloza Durán, de la Universidad Francisco de Paula Santander (UFPS).

La promotora de la iniciativa, Leydi Katherine Cerón Niño, es una joven de 21 años que buscó mantener viva la memoria histórica de los más pequeños en este barrio no oficializado de la ciudad, donde migrantes y desplazados del país han encontrado un hogar de refugio.

La propuesta inició en las aulas de clase, y tras un arduo trabajo investigativo de casi dos años, Cerón halló un vacío científico en los proyectos de memoria basados en el arte, un espacio que se propuso a nutrir con la materialización de este sueño.

Con la ayuda de patrocinadores, 8 niños de La Fortaleza, entre 7 a 13 años, fueron beneficiados con talleres de muralismo, refrigerios, mercado y materiales para pintar.

“Muchos de estos niños aprendieron dinámicas poco frecuentes en su entorno social, ya que la mayoría de ellos no tienen la oportunidad de estudiar por ser migrantes o desplazados del conflicto armado”, relató Cerón.

Los talleres

 

Niños y niñas aprendieron teoría a través de una aplicación práctica del arte. La alianza con patrocinadores permitió ayudar a la comunidad. / Foto: Cortesía

Debido a la crisis actual, desde la UFPS las intervenciones presenciales en los proyectos fueron suspendidas, pero no por ello Katherine detuvo su idea. La joven se esforzó en transformar su metodología a una manera virtual.

La iglesia evangélica Cruzada Cristiana fue una clave en el proceso, gracias a los servicios que prestan en el Centro de Desarrollo Infantil (CDI) Guerreros CAPI, a donde los niños del barrio asisten con sus familias para recibir actividades de formación social, artística y moral.

Con la ayuda del pastor Miguel Bautista, cabeza de la organización social y religiosa, los talleres se llevaron a cabo durante dos semanas consecutivas, de lunes a viernes, entre hora y media a dos horas.

“Los niños aprendieron y pusieron en prácticas los conceptos básicos de qué es el muralismo, la reconstrucción de memoria, la migración y el desplazamiento forzado”, comentó la joven artista.

Lo más simbólico para Cerón fue que los mismos niños propusieron el dibujo, el significado y los colores que se iban a utilizar para el día de plasmar la idea en la pared. Optaron por una mariposa porque los representaba a ellos como grupo.

En cada extremo de las alas de la mariposa, quisieron adornarlas con los colores de las banderas de Colombia y Venezuela. El cuerpo significó la frontera entre ambos países hermanos y la cabeza la nueva oportunidad que tienen de vivir en La Fortaleza, alejados de las causas de su desplazamiento forzado.

La jornada

Llegado el día de materializar la idea, los niños, acompañados por sus padres, asistieron al CDI Guerreros CAPI, manteniendo distancias y con el uso apropiado de los tapabocas. Mientras pintaban la pared, los dirigió un muralista profesional en el arte, Hender Higuera, también conocido como ‘Viruzs’. 

El día de la clausura, hicieron entrega de mercados, y los niños, frente a sus madres, hablaron con gran emoción de la experiencia vivida durante los talleres y la jornada de pintura. 

Esa misma felicidad las madres ya la habían percibido antes. Los niños, siempre que regresaban a casa, contaban lo que aprendían en cada uno de los talleres de cartografía social, pintura, interacción y memoria.

Para conemorar el fin del proyecto, se organizó un pequeño acto de clausura. / Foto: Cortesía.

 

El impacto

Los niños relataban extrañar el país de donde venían, pero, por ser niños, hallaron en La Fortaleza un nuevo hogar donde se sentían felices. Contaban que la iglesia y el parque se convirtieron en sus lugares favoritos por las actividades que se desarrollan”.

Y aunque relataban con melancolía sobre los problemas de xenofobia que han enfrentado a tan corta edad, optaban por levantar la cabeza en alto, hacer caso omiso a los comentarios y continuar siendo solidarios con sus prójimos.

“Ese es el poder de la mariposa. No importa el país, no importa la frontera. Solo importaba el hecho de que todos somos hermanos”, expresó Katherine.

Así, cada vez que se giren hacia el mural y vean sus nombres allí, recordarían quiénes son, de dónde vienen y por qué es importante luchar por sus sueños.

Miguel Bautista, líder social de La Fortaleza, destacó el proyecto como una bendición que brindó momentos agradables y acercamientos al arte y a la teoría en los más pequeños del sector, que les permitió expresar ideas, pensamientos y su sentir frente a la situación binacional.

Por su parte, Margarita Peñaloza, directora del proyecto, celebró el éxito de la iniciativa y la entrega de la joven Cerón, y adelantó que el mural fue solo el inicio de los muchos proyectos con los que esperan contribuir al crecimiento social de La Fortaleza.

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