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El hogar de los angelitos de cuatro patas

Ayúdanos a ayudar es el lema del refugio.

Salvamento Animal es actualmente el refugio más grande de perros en Norte de Santander, donde brindan atención y cuidados a más de 300 caninos que están en situación de vulnerabilidad o abandono.

El refugio tiene ocho años de estar al servicio de los animales gracias a Edgar Peñaranda, quién es el fundador de este lugar y dispuso su finca para que los perros pudieran disfrutar de un amplio espacio donde vivir.

Cuchuflay, la primera perrita que rescató Peñaranda fue la inspiración para que hoy en día exista Salvamento.

En el lugar, ubicado en el municipio de Villa del Rosario, laboran cinco personas dispuestas para ayudar a cada animal.


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Wendy Gordillo, es la directora encargada del refugio y tiene cuatro años de haberse integrado a este equipo de rescate.

“Estaba buscando un hogar para unos perritos y me dieron el dato de que aquí podría encontrar esa ayuda, desde entonces trabajo por cada uno de ellos para que tengan unas condiciones de vida dignas y sean felices”, dijo Gordillo.

Como ella Salvamento Animal cuenta con el apoyo de Andrés Montaña y Luis Alexis Jiménez quienes son los cuidadores y aseadores del espacio, Karen Carrero, psicóloga encargada de acompañar el proceso de adopción y Andrea Lizarazo una joven voluntaria amante de los perros.

El objetivo principal del refugio es brindar acompañamiento y rehabilitación a estos seres sintientes, donde tienen la oportunidad de contar con un lugar para vivir, alimentarse, jugar y hacer grandes amigos.


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Allí las personas pueden conocer perros criollos, siberianos, pitbull, schnauzer, cocker y, lo más importante, un canino feliz que seguramente aportará amor a cada hogar donde llegue.

Lucy, Chapulín, Luna, Baby, Amarrilla, Holly, Matildelina, Pelusa y Neutro son algunos de los nombres que se les ha asignado a cada animal que ingresa al refugio.

“Yo les veo la cara cuando llegan y les escojo el nombre que me parece que va a acorde con su físico”, aseguró Gordillo.

Wendy Gordillo vela diariamente por el bienestar de cada perro.

Una de las primera cosas que hacen cuando ingresa un perro al refugio es definir cómo se va a llamar, cada uno cuenta con un nombre específico y pocas veces se repite.

Andrés Montaña, uno de los cuidadores comentó que algunos de los animales ya cumplen 13 años de edad y siempre trata de protegerlos. 

“Tengo dos años y medio trabajando en el refugio, he criado a algunos de los perros y la mayoría de ellos se han apegado a mí”, señaló Montaña. 

Antes de formar parte del refugio se llevan al veterinario para que le hagan un test de moquillo y evitar que los demás animales puedan contagiarse.

“Traemos a los perros que no están positivos, que se pueden tratar y los que están muy enfermos se quedan en la veterinaria y después los incorporamos, algunos llegan en condiciones precarias”, aseveró la directora.

Ayudar marca la diferencia

Salvamento Animal no recibe apoyo del gobierno, ni de ningún ente gubernamental, por eso se dedican a recolectar fondos para sostenerse. 


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Desde el mes de julio del año pasado, vienen trabajando en Instagram con una venta de garage para recaudar dinero que pueda destinarse para comida, útiles de aseo, medicina y cubrir los gastos en las veterinarias.

En la página, las personas pueden encontrar pantalones, camisas y zapatos en buen estado por el valor de 15.000 pesos, donde están contribuyendo con el cuidado y protección de los perros que hacen parte de este refugio.

“Se han hecho rifas, venta de pocillos y algunas dognatones para reunir alimento y ayudas”, expresó Gordillo. 

En la misma red social, tienen la cuenta oficial de Salvamento donde suman más de 49.000 seguidores, donde dan a conocer la labor que ejercen.

Los animales del refugio consumen al día 75 kilos de purina, es decir, 2 bultos y medio. Una de sus necesidades es precisamente la escasez de alimentos.

“De 10 a 12 de la mañana se les da la primera ración, es una sopa que se prepara con 12 kilos de arroz, dos kilos de lentejas y carne, pollo o menudencias”, aseguró Gordillo. 


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Esta se sirve en ponchera donde comen alrededor de ocho a diez perros, cada uno sabe en qué posición debe ir y han sido educados para que pasen en orden y puedan comer todos.

Actualmente vienen trabajando para lanzar en el mes de febrero la campaña ‘Recicla por más colitas felices’, con el objetivo de reunir fondos para suplir los gastos.

“Nosotros ayudamos a muchos animales, no sólo los que hacen parte de Salvamento, sino aquellos que necesitan esterilización o sus dueños no tienen los recursos, brindamos una mano amiga, no nos sobra el dinero, lo hacemos porque realmente ellos nos necesitan”, resaltó Gordillo. 

La Baby logró recuperarse en tres meses de la enfermedad que presentaba cuando llegó.
No compres, mejor adopta

Ayúdanos a ayudar es el lema del refugio, buscar una familia para cada perro es una de las metas del equipo, por eso manejan un particular proceso de adopción en aras de velar por el bienestar de todos. 

“La psicológa es la encargada de visitar las casas de las personas interesadas, durante este encuentro se evalúa y conoce a cada integrante y deben diligenciar un formulario de solicitud”, dijo la directora del refugio. 

Posterior a esto, todo el equipo organiza una reunión para definir si se aprueba o no la adopción teniendo en cuenta los resultados que dejó la visita.

“Una vez autorice, la persona puede venir hasta el refugio para que haga contacto con cada perro, la idea no es que elijan al más bonito, sino que se queden con el que hagan conexión, eso es indispensable para nosotros”, afirmó Gordillo. 

Algunos de sus integrantes

En este refugio se puede encontrar diversidad de perros y personalidades, unos más alegres, otros más temperamentales y algunos con características únicas que los hacen el doble de especiales.

Es el caso de La Baby, una loba siberiana que ingresó a Salvamento Animal en pésimas condiciones, presentaba hemoparásitos en la sangre, ácaros y sarna, un año después se transformó en una hermosa y juguetona perra que corre por todos lados. 

También está el gordo Croque, fue abandonado hace dos años cerca al refugio, él es uno de los animales más adultos que están en el lugar. Es un perro que disfruta echarse en los charcos, su peso hace que camine más despacio y sus ojos reflejan amor y ternura.

Al igual que ellos, llegó Bebé al refugio cuando su madre Dakota dio a luz, ella es la única de sus hermanos que aún permanece en Salvamento, probablemente porque le hace falta una patica.

Su discapacidad no ha sido impedimento, pues corre y es de las más juguetonas que hay en el lugar.

“Antes de tener un animal, sea adoptado o comprado piensen que es para toda la vida, ellos sienten, tienen sentimientos y una vez entra al hogar se enamora de la familia con la que está empezando a vivir”, es el mensaje que da Wendy Gordillo a todas las personas.   

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Martes, 18 de Enero de 2022
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