Emprender en una empresa de domicilios para salir adelante con el sueño de ser profesional, quizás es más que suficiente en la agenda de una madre soltera de tres hijos.
Sin embargo, para Olin Danelly Leal Jaimes, una mujer fervorosa y creyente en Dios, estudiante de noveno semestre de Derecho de la Universidad Simón Bolívar de la sede Cúcuta, el tiempo parece no tener límites. No se detiene en sus quehaceres personales, sino que también dedica horas luchando para que un grupo de niños sigan adelante.
Olin está empeñada en legalizar la Fundación Camino al Cielo, que nació al notar que sus hijos estaban creciendo en medio de una sociedad con pocas oportunidades y muchas dificultades para vivir una infancia feliz y segura.
Una voz en su interior y su orientación espiritual la motivaron a aplicar lo que aprendía en las aulas de la Unisimón y dio sus primeros pasos en 2019, brindando acompañamiento en deporte y formación de buenos ciudadanos, desde el fútbol, a niños de 6 a 17 años de edad de la comunidad Colinas de Bello Monte y María Auxiliadora del cerro ubicado en la parte alta del barrio Siglo XXI; luego, relacionó esta actividad a la asignatura de Gestión Social, dándole forma con el nombre de Camino Al Cielo.
El objetivo de este grupo es contribuir a que alrededor de 70 niños encuentren el propósito de sus vidas por medio de actividades que promueven la actitud positiva, así como talleres para estimular su creatividad y orientación en valores. “Que no caigan presos de las drogas y conductas que los aleja de ser hombres de bien y mujeres exitosas”, comenta la estudiante.
Los niños se reúnen los sábados en la cancha del barrio. Reciben un fraternal saludo de bienvenida, hacen oración y dinámicas a partir de citas bíblicas católicas. Hablan de la Constitución Política de Colombia, del medio ambiente, de la importancia de ayudar a la mamá y al papá en los oficios de casa, pero también queda tiempo para hacer manualidades, practicar deporte, merendar y despedir la jornada con un divertido juego.
‘Camino Al Cielo’ se consolida
Olin trabaja con vecinos y amigos que se suman ocasionalmente a sus esfuerzos, como Liliana del Carmen Mora de Sánchez, Pedro Alberto Sánchez Colmenares, Mariela Villamizar Botía, Águeda Monroy Portilla y Cristina de Corredor. En la Unisimón propuso involucrar a estudiantes y profesores de carreras como Trabajo Social, Psicología e Ingeniería de Sistemas para consolidar la Fundación que se vislumbra como un ejemplo en Norte de Santander y Colombia. La institución de educación superior ya inició su proceso de articulación.
“A largo plazo, quiero hacer realidad el parque y un centro deportivo infantil, inspirado en las necesidades de los niños y la comunidad”, afirma Olin, mientras organiza las citas del día y se pone en contacto con sus profesores, pues sigue de pie y dispuesta a trabajar, pese a sobrellevar las consecuencias de la pandemia. La nueva rutina exige la desinfección al inicio de la reunión, revisar que los participantes usen el tapabocas adecuadamente y que cumplan con los protocolos de bioseguridad exigidos.
Aunque el proyecto de la Fundación se sostiene económica y operativamente en un 90% con recursos propios de la futura abogada de la Unisimón, hace un llamado a quienes se deseen unir. “Yo solo soy una figurita moldeada día a día por las preciosas manos del Espíritu Santo y tengo fe en que puede colocar en el corazón de otras personas esta obra, para que de una u otra manera se vayan sumando. Son muchas las vidas que vamos a transformar.”
