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Una tormenta de errores acabó con la ilusión de Colombia

Quedará en la historia un partido con dos tormentas: la eléctrica y la tormenta de nervios de sus jugadores.

Bastaron cuatro minutos para que la selección de Chile eliminara a Colombia de la Copa América Centenario, con dos anotaciones logradas por Charles Aránguiz y José Pedro Fuenzalinda, a los minutos 7 y 11 del primer tiempo, motivadas además por la ingenuidad de los futbolistas cafeteros que se mostraron absolutamente perdidos en el arranque del compromiso.

Con su habitual presión alta la selección campeona de América empezó el juego buscando robarle el balón a una Colombia perdida, sin conexión entre sus líneas y con una noche para el olvido de sus dos laterales, Frank Fabra y Santiago Arias.

Esperando en tres cuartos de cancha, Colombia no hallaba la fórmula para robarle el balón a Chile que acorralaba a la tricolor utilizando el ataque por las bandas como su arma más destructiva.

Una tormenta de nervios

Y a los 7 minutos Chile encontraría el premio a su insistencia. José Pedro Fuenzalida, que fue una completa pesadilla para Fabra, ganó uno de los tantos duelos por el carril derecho y sin oposición alguna envió un centro al área que Juan Guillermo Cuadrado rechazaría de forma errada, y su rechazo habilitaba a Charles Aránguiz que no tuvo más que empujar el balón al fondo de la red.

Con la temprana anotación Chile se montó en su papel de protagonista y asumió el peso ofensivo del partido, lanzándose sobre los defensores colombianos que estaban enredados, nerviosos y erráticos.

Tres minutos después del primer gol Chile volvería a estar cerca del segundo, nuevamente atacando por las bandas, gracias a otro avance de Fuenzalida que David Ospina logró sacar al tiro de esquina con su cuerpo.

Sin embargo, el momento más crítico de la tormenta de nervios de la zaga colombiana se vería a los 11 minutos, en una jugada que empezó en los pies del portero Claudio Bravo y que se fue alimentando gracias a las equivocaciones colombianas.

Después del saque largo del guardameta del Barcelona, Alexis Sánchez le ganó de fuerza la posición a Santiago Arias y quedó de frente al arco con todo el tiempo y el espacio para rematar con violencia, y aunque Ospina logró rechazar el balón el rebote quedó en el área chica y nuevamente José Pedro Fuenzalida fue el que apareció en medio de una hipnotizada defensa, y empujando suavemente el balón anotó el segundo y lapidario gol del partido.

En ese momento Colombia cerró su participación en la Copa América Centenario. Los futbolistas se cayeron anímicamente y con una expresión de pena y sorpresa no creían lo que observaban en las pantallas del Soldier Field, de Chicago. Un 2-0 a favor de Chile, y un cronómetro que no superaba los 12 minutos de partido.

La pesadilla de la goleada de México empezaba a aparecer en la mente de los colombianos, que pese al esfuerzo en el final del primer tiempo y comienzo del segundo no pudieron revertir la historia.

Después de una atípica espera de dos horas y media por una amenaza de tormenta, el compromiso se reanudó con buen ritmo para Colombia que buscaba el descuento a como diera lugar.

Marlos Moreno entró por Edwin Cardona y le aportó velocidad y peligro a Colombia por la banda izquierda, pero Chile supo aguantar con inteligencia y se dedicó a dormir el partido.

Dos minutos después del arranque de la segunda parte, el árbitro salvadoreño Joel Aguilar pasó por alto una clara pena máxima sobre Daniel Torres, para diez minutos después completar un pésimo partido expulsando a Calos Sánchez por una jugada en la que sobraba la tarjeta amarilla.

Nada le salió a Colombia anoche en Chicago, y quedará en la historia un partido en el que dos tormentas acabaron con su ilusión. La tormenta eléctrica y la tormenta de nervios de sus jugadores.

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Jairo Andrés Navarro
Jueves, 23 de Junio de 2016
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