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Cúcuta Deportivo
De chilena y al último minuto: la noche mágica de Echeverri
El duelo empezó a favor de los rojinegros gracias a un gol de cabeza de Jhonatan Agudelo al minuto 10. 
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Gustavo Contreras
Gustavo Contreras Sabogal
Lunes, 18 de Mayo de 2020

“Me atrevería a decir que fue el mejor gol de mi carrera. Ese partido lo teníamos que ganar sí o sí para afianzarnos en los primeros puestos del torneo”, así se refiere Diego Echeverri, exdelantero motilón, al último gol de chilena marcado en el General Santander. 

Todo ocurrió el 25 de septiembre del 2017 en la jornada 13 del Torneo Finalización. El Cúcuta Deportivo que para le fecha ocupaba la cuarta posición enfrentaba al Unión Magdalena, que era onceavo. 

Ganar, era una obligación. El duelo empezó a favor de los rojinegros gracias a un gol de cabeza de Jhonatan Agudelo al minuto 10, tras un cobro de esquina ejecutado por Jhon Miranda. 

En la previa, parecía un partido fácil pues los samarios no atravesaban un buen momento pero errores individuales complicaron el encuentro. 

El primero de ellos fue al minuto 24 cuando el defensor central Jhonny Riascos intentó salir jugando por la banda derecha pero en vez de entregar el balón a un compañero terminó dándoselo al rival que no desaprovechó el vacío dejado por el jugador de 1.92 metros de estatura. 

Tras ese garrafal error, caería otro gol un minuto después nuevamente a causa de una jugada en la que se vio involucrado Riascos. Le entregan el balón en la mitad de la cancha y por su lentitud al controlar la pecosa, se le fue robada por Dany Santoya quien bañó desde muy lejos a Mauricio Mafla, arquero rojinegro. 

Los coros hacía Riascos cantados por la tribuna, no podían ser peores.

Con un 2-1 en contra, el equipo de Flavio Robatto cerraría la primera mitad. Para la reanudación, con un Cúcuta volcado al ataque, consiguió un penal luego de una fuerte patada al paraguayo Héctor Sanabria. 

Corría el minuto 60 y el guajiro Jhonatan Pérez no dudaría a la hora de cobrar y anotar el empate. 

El desarrollo de los últimos 30 minutos era lógico: un Unión Magdalena cuidando el marcador y un Cúcuta desesperado buscando el triunfo. 

Cumplido el tiempo reglamentario, el árbitro emergente Alexander Ortiz levantaría el tablero para anunciar que se jugarían 240 segundos más. 

En el último ataque, el rojinegro atacaba de sur a norte. Por la banda derecha, Yair Arboleda recibió un balón que centraría a un metro hacía al frente del punto penal. En el área estaba el delantero Diego Echeverri quien al ver que la pelota le quedaba atrás, decidió tirarse de chilena y para fortuna de los asistentes al Coloso de Lleras en esa noche, pudo agarrar y dejar sin chance a Miguel Ospino, arquero del Ciclón. 

La reacción del delantero paisa fue salir corriendo a festejar en la esquina noroccidental del General Santander, a la que llegaron sus compañeros a abrazarlo. Entre ellos Riascos, quien se quedó con él como en forma de agradecimiento de salvar la pésima noche que tuvo el defensor. Como respuesta Echeverri lo señalaba buscando condonar los accidentes futbolísticos que tuvo su coequipero ante los miles de aficionados que los juzgaron durante todo el encuentro. 

“Mi compañero había cometido dos errores garrafales. Fue muy emotivo porque todo el equipo los respaldó. Fue un momento bonito y esa vitoria nos posicionó muy bien en la tabla”, afirmó Echeverri que en ese campeonato marcó ocho goles. 

Su carrera como Motilón 

Echeverri estuvo por un año y medio vistiendo la rojinegra. Llegó en el segundo semestre del 2016, luego de la salida de José David Lloreda. 

“Yo estaba en Bucaramanga y me contactó el hermano del presidente. Arreglé para mi salida y llegue al equipo que dirigía Miguel Prince. Fue un plantel joven, lleno de talento pero desafortunadamente no rindió y la campaña no fue buena. Fue complejo porque no sé clasificó a finales”, contó Echeverri quien marcó por primera vez como motilón el 3 de septiembre de 2016, en el empate a uno con Orsomarso. 

Para el 2017, el Cúcuta Deportivo iría a jugar a Zipaquirá. Esta vez con el estratega Fernando Velasco quien había asumido tras la salida de Prince. 

Sobre el paso por este municipio cundinamarqués, el actual delantero de Boyacá Chicó, afirmó que fue una bonita experiencia pues el grupo estaba muy compaginado y el vivir en Cajicá sirvió para que el plantel estuviera muy concentrado pues era un municipio sano.

A causa de unos resultados no esperados, Velasco salió y Flavio Robatto llegaría a dirigir al motilón quien llevó al equipo hasta semifinales donde fue derrotado por el Chicó. 

“Nos hicimos muy fuertes de local. Éramos prácticamente invencibles en Zipaquirá. Yo compartía delantera con Erwin ‘Alpinito’ Carrillo a quien considero el delantero que mejor me entendí. Además de su experiencia hacía muy buenos movimientos en el área, se llevaba la marca y a eso adiciónele que teníamos a Cristian ‘Jopito’ Álvarez que es un excelente pasador”, recordó Echeverri quien marcó cuatro goles por torneo en el primer semestre. 

Para el segundo semestre, llegaría Agudelo a complementar la delantera rojinegra. “Me entendí muy bien con Jhonatan. Es un gran jugador que trabaja para el equipo. Hacía muy buenas diagonales y dejaba muy buenos espacios”. 

En ese torneo finalización, Cúcuta Deportivo volvería a caer en semifinales pero esta vez a manos de Leones. 

“Aún sigo preguntándome por qué Robatto no me tuvo en cuenta en el partido de vuelta. Yo venía en un buen momento pero el decidió no ponerme. Me pareció raro pero son decisiones técnicas”, confesó el delantero que en el finalización anotó ocho goles. 

Sobre su salida, el paisa dijo que se dio “porque cumplió su contrato pero no recibió la opción de renovar aunque quería continuar”. 

Luego jugaría en Pereira, Always Ready de Bolivia, Huila y Chicó. 

“Lo único que nos falto fue ascender. Recuerdo que nos dio muy duro no conseguirlo. No había mejor equipo que nosotros. Estábamos muy bien complementados”, afirmó Echeverri quien además dijo que en Cúcuta vivió feliz pues el trato de la gente, la comida y el clima le hicieron amañarse.

Al preguntarle por su relación con José Augusto Cadena, dijo que “fue muy buena. Siempre me cumplió con lo que me propuso y nunca tuvimos problemas con el pago”.

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