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Cúcuta Deportivo
Diego Fernando Chica: Juraron que no volvería a jugar
El volante rojinegro es uno de los jugadores más queridos por la hinchada.
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Jeider Rúa Giraldo
Sábado, 3 de Noviembre de 2018

La garra y la entrega lo caracterizan. Caleño, de 36 años y de padres paisas, el volante Diego Fernando Chica López se ha sabido ganar el cariño de la hinchada rojinegra. Luego de un largo recorrido por el fútbol colombiano y de dos temporadas en el Cúcuta Deportivo, el creativo sueña ahora con volver a levantar un trofeo, esta vez en compañía de su esposa y de sus dos hijos, quienes lo acompañan en ese camino. 

Sobre esa travesía, el jugador contó a La Opinión de su trayectoria, de su presente y del gran año que vive el Cúcuta Deportivo.

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¿Quién es Diego Chica?

Es un jugador humilde, apasionado en lo que hace, un jugador muy entregado a su familia, un jugador bastante disciplinado. En mi carrera eso fue lo que más me inculcaron y gracias a Dios, a mis 36 años, he sabido llevar mi futbol a la perfección. 

¿Es hincha del América de Cali?

Mi padre es fanático del fútbol, hincha del América de Cali a morir. También soy hincha del América, los sigo mucho. Pero ahora, como jugador profesional creo que, para mí, el equipo de mis amores, el que me da el trabajo, el que me abre las puertas, es el Cúcuta Deportivo. 

¿Cómo se inició en el fútbol?

Siempre jugué el fútbol callejero, soy de un barrio muy popular en Cali: el Petecuy etapa  II, donde siempre me gustó jugar al fútbol. Un día se me dio la oportunidad de presentarme en el Boca Juniors de Cali y en dos días me arreglaron derechos deportivos para pertenecer a ese club.

Se ha destacado por la garra que le imprime a los partidos…

Todo es fruto de la disciplina. Siempre digo que el partido que tengo por delante lo juego como si fuera el último. La actitud lo es todo en cualquier cosa que hagas.

Tiene un título con Boyacá Chicó, ¿qué se siente estar tan cerca de otro?

Siempre estoy motivado por querer volver a una final y lo sueño cada vez que juego al fútbol. Volverlo a vivir sería emocionante, y ahora con el Cúcuta Deportivo estamos a un paso de lograrlo. 

¿Cómo llegó al Cúcuta Deportivo?

Venía de jugar (la Copa) Sudamericana con Águilas Doradas (2015), cuando quedé con mis derechos deportivos en la mano.

Tuve algunos problemas con dirigentes. Llegué a un cruce de palabras con el presidente de Águilas, ahí me juraron que no iba a volver a jugar al fútbol. Entre ellos (dirigentes) no se pisan la manguera y en muchos clubes que me pretendían por mi gran labor al fin me cerraron las puertas. Ahí el Cúcuta Deportivo me llamó.

¿Ese altercado en Águilas lo motivó a demostrar aún más su talento?

La verdad sí. El fútbol es difícil. Creo que después de que tú hagas las cosas con amor las puertas se te abren poco a poco, cuando Dios quiera. Me vine a ojo cerrado a entregarlo todo .

¿Con qué expectativas llegó en 2016? 

Al presidente José Augusto Cadena tengo que agradecerle porque me brindó la oportunidad, y no lo pensé dos veces. Fue el único que me abrió las puertas y encantado vine. 

¿Qué opinión tiene del trabajo de Lucas Pusineri?

Es interesante porque antes de la llegada del profe lo conocíamos como un excelente jugador. Y de la mano del profe (Rubén) Tanucci y de Leo (Díaz) sabíamos que tendríamos un cuerpo técnico importante. Todos fueron jugadores así que conocen bien los procesos. 

¿Apoya la idea de las rotaciones?

El profe siempre dijo: ‘Quiero tener 25 titulares y no 11’. Nosotros tomamos a bien esas palabras del técnico, y cuando él mete la mano a la bolsa y saca tu balota hay que salir a dar el cien por ciento. Todos somos iguales y si tenemos que entrar aportamos. Tener todos los jugadores a disposición es un plus.

¿Se ha vivido una guerra de egos por un puesto titular?

No. Todos nos adaptamos, ninguno piensa así y nunca le pedimos al profe explicaciones. Siempre lo hemos entendido y se vive un gran compañerismo, siempre con el objetivo de ganar. 

Los jugadores más jóvenes lo ven a usted y a Braynner como los referentes...

Es espectacular. Son jugadores que cogen las ideas de la mejor manera. El temple que puedo tener yo se lo inculco a ellos a morir. Les digo que dentro del terreno de juego uno no se ahorra nada y no tiene amigos si no rivales. Por fuera, los que querás. Siempre les inculcamos que tenemos un compromiso con un departamento y una hinchada, y que tenemos que darlo todo. 

En su último gol se dirigió a todas las gradas, ¿qué mensaje les quiere trasmitir?

A esa hinchada tengo mucho que agradecerle. Desde el 2016, cuando me recibió la Banda del Indio en el hotel, ha sido muy emotivo para mí. Nunca he sentido presión, más bien halagado.

De mí ellos que esperen lo mejor, que nunca esperen a un vago o a alguien que no aporta. Yo cuando juego me comprometo de lleno con el Cúcuta Deportivo. 

También agradezco a la Banda porque con muy pocos recursos viajan a todas partes a apoyarnos, siempre los ves en las gradas. Y lamento también lo que sufren en carretera, es lamentable que algunos pierdan la vida y nosotros también lo sentimos. 

¿Cómo hacer para no vivir de fantasías y no resbalarse?

Siempre le he dicho a los compañeros, desde el 12 de febrero, que no hemos ganado nada, que vamos paso a paso, que jueguen cada apartido como una final. Queremos que todos sean humildes, y si queremos lograr el objetivo hay que seguir trabajando con humildad. 

¿Se visualiza jugando el último partido de los cuadrangulares ya con un cupo en la A?

Sería espectacular. Es lo que pensamos y lo que anhelamos. Créeme que en los entrenos se habla todos los días de esos sueños, y de poder ascender sin depender de nadie. Nunca hablamos de la reclasificación, solo contamos con ser primeros en los cuadrangulares y en partido que tengamos salirlo a ganar. Queremos llegar sin afugias al último partido y poder celebrar con esta hinchada, que necesita ver otra vez al Cúcuta Deportivo en la A.

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