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El argentino que se enamoró de Cúcuta y sueña con volver

Federico Barrionuevo, exjugador del Cúcuta, dialogó con La Opinión desde su país.

“El bueno de Barrionuevo”, así le decían en las calles de la ciudad a Federico, quien fue traído para pelear descenso y terminó luchando por entrar a finales. Aunque muchos lo trataron de loco por afirmar en su llegada que venía con una premisa, ver el General Santander lleno y el club en las primeras posiciones.

Apenas llegué a Cúcuta, lo primero que hice fue pedir que me llevaran a conocer el estadio, lo había visto en fotos por internet y en los partidos por Copa Libertadores, quería sentir la sensación de imaginarme como sería verlo repleto”, comentó Federico Barrionuevo a La Opinión.

El jugador de 29 años, en ese entonces, y que acababa de sacar campeón a Olimpo en el ascenso de Argentina, pisó suelo cucuteño un 10 de julio y de inmediato, se enamoró de la ciudad, el clima y su gente. Pero hubo una persona que no fue del agrado en un principio para el argentino, el médico Gustavo Portela.  

“Luego de presentarme con mis compañeros, voy a hacerme la revisión médica y lo primero que hace Portela al verme, es decirme que yo no iba a poder jugar al fútbol con el peso que tenía (60 kilos) y necesitaba subir unos 6. Me molesté, le dije que yo jugaba así y me fui”, agregó Federico entre risas.

Para Barrionuevo fue una tortura subir esos kilos, pero Gustavo Portela no descansó hasta verlo en el peso ideal. Otro trago amargo fue el inyectarse un suero en el camerino días antes de arrancar la competencia: “me desmayé en el vestuario y me cargaban entre todos”, comentó el argentino que debutó en Banfield, contra River, el 23 de septiembre del 2001. 

El gran semestre

El torneo finalización del 2010 con el Cúcuta, ha sido uno de sus mejores campeonatos,“éramos una familia, había mucha competencia interna sana. Además, estuvimos muy cerca de coronar el título. Todo se definió en ese partido con Nacional por cuadrangulares”, indicó Barrionuevo, quien con nostalgia recordó el encuentro que quedó empatado a dos goles y los alejó de la posibilidad de llegar a la final.

Federico cumplió un sueño en ese partido al ver el estadio lleno como lo imaginó cuando llegó a la ciudad: “sentía que el piso transpiraba, pensé que era regado y le pregunté a un compañero, me dijo que no, es por la gente, e inmediatamente salté con más ganas al partido, tantas que pude hacer un gol y dedicárselo a mi abuela que había fallecido días atrás”, añade el argentino.

El partido del ataúd

(Momento en el que Barrionuevo llega a la ciudad y es recibido por Alvaro Torrado, el presidente del Cúcuta ese año. / Foto: Archivo )

Barrionuevo estuvo en ese partido que le dio la vuelta al mundo, pero no por el rival, el marcador o el torneo, sino por lo que sucedió, “yo estaba en el banco porque había salido, miro hacia la derecha y veo pasear el cajón por la tribuna. Pensé que era una broma, no me sorprendió, lo que me impactó fue saber que el hincha estaba dentro”, comentó Federico, aún asombrado por el hecho.

Respecto a La Banda del Indio, la barra más popular del equipo, Federico solo tiene palabras de agradecimiento. “Me daban muchos regalos y yo también les daba prendas que rifaban. En una ocasión les di plata para una bandera porque a mí me gusta eso, ver las bengalas, la fiesta, es el folclore, y en Cúcuta, la gente es intensa por el fútbol como yo”, afirma Barrionuevo.

El sueño de dirigir

Federico está retirado de las canchas pero no del fútbol, mucho antes de “colgar los guayos”, ya se estaba preparando para dirigir, y hoy, afianza sus ideas en Lanús, teniendo a cargo varias categorías formativas. “Estoy esperando la oportunidad, es una linda etapa que quiero vivir porque soy un enfermo de esto, me apasiona y me capacité para hacerlo bien”, concluye Barrionuevo. 

En cuanto al rojinegro, Federico dijo, “quiero dirigir al Cúcuta Deportivo en un futuro, ver ese estadio a reventar, con el equipo dándole alegrías a esa hermosa ciudad. Sueño con hacer del General Santander una fortaleza y trabajar en conjunto con las juveniles para crear una estructura firme”. 

Por otra parte, dice haber dejado muchos amigos, incluyendo a Carlos Gutiérrez, el psicólogo deportivo que estuvo con el equipo durante muchos años, y que hoy hace parte de Independiente en Argentina.

Federico Barrionuevo se fue del Cúcuta Deportivo a mediados del 2011 queriendo renovar, pero el club no le brindó las condiciones  necesarias para hacerlo. Comenta que lo pasó tan bien en la ciudad, que nunca quiso demandar al rojinegro por los salarios que le quedaron debiendo. 

“A mi familia la trataron muy bien, a donde íbamos era con el mayor respeto. La Alejandría era como mi segundo hogar y el ir a Venezuela a comprar era genial... esperamos volver”, concluyó.

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Sábado, 10 de Octubre de 2020
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