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Cúcuta
Acnur apadrina negocios en Las Delicias y Manuela Beltrán
La inversión para los negocios de ambos barrios, ya fuera en maquinaria o en insumos, tenía un tope de $2 millones 500 mil.
Lunes, 23 de Noviembre de 2015

Unas sillas, una peinadora, una cama, y un comedor en miniatura, fueron las muestras que llevó a Uriel Portilla a la II Rueda de Negocios que desarrolló el programa Construyendo Soluciones Sostenibles, que se llevó a cabo en la Universidad Libre.

La  actividad que hace parte del plan de mejoramiento de condiciones de generación de ingresos que realiza el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en Manuela Beltrán y Las Delicias, le permitió mostrar sus productos y hacer contactos con nuevos clientes.

Acnur no solo le consiguió un puesto en la rueda de negocios, sino que apadrinó su negocio con maquinaria y herramientas de ebanistería, para darle un empujón a su unidad productiva.

A la par de estas ayudas Portillo recibió capacitaciones por parte del Sena y universidades locales sobre contabilidad, mercadeo y ventas y relaciones públicas.

Portillo, residente de Manuela Beltrán hice parte de las 23 propuestas apadrinadas en este barrio, escogido por Acnur para el proyecto piloto por su alto índice de población desplazada. En los dos años del proyecto se han recibido más de 100 propuestas.

María Belén Guerrero fue otra de las beneficiarias, y le apostó a las huertas urbanas. En un lote contiguo a su casa sembró pimentón, cilantro, acelgas, pepinos, lechuga y ahuyama.

Acnur le entregó semillas, abonos, manqueras, mallas y un tanque para pudiera consolidar su negocio.

“Siempre me gustaron las actividades del campo pero no tenía idea de cómo sembrar. Acnur me capacitó en técnicas agrícolas y pude tener mi huerta en mi propia casa”, explicó emocionada Guerrero.

Parte de la producción la vende a una fundación aliada de Acnur. El restante lo vende por unidad a sus vecinos.

“Me gusta este negocio porque puede utilizar mis propios productos para el consumo de mi familia”, indicó Guerrero.

Tres cuadras más abajo la familia Ortega fue beneficiada y por partida doble. Carlos Ortega recibió ayudas para optimizar su taller de arte country. Con nuevas herramientas y más insumos pudo mejorar la calidad de su producción. Por su parte, a su hija Luz Karina, le aprobaron el proyecto de un local fotográfico.

Ortega asegura que la rueda de negocios le sirvió para ampliar sus clientes y dar a conocer su trabajo en otros sectores de la ciudad. 

Cocinas industriales, talleres de confección y ornamentación, panaderías, zapaterías, entre otros negocios, hacen parte del proyecto.

La inversión de Acnur para los negocios de ambos barrios, ya fuera en maquinaria o en insumos, tenía un tope de $2 millones 500 mil.

*La Opinión

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