Decretado el estado de emergencia sanitaria el pasado 15 de marzo, el Gobierno Nacional suspendió la presencialidad en la educación de manera directa. Desde entonces, las instituciones de educación superior han tenido que adaptar nuevas estrategias para continuar con las fechas estipuladas en el calendario académico.
Parte fundamental de esta nueva modalidad ha estado enfocada en el uso de plataformas virtuales, que han servido de mediadoras en el ‘nuevo modelo de aprendizaje remoto’. Y, aunque ha habido intentos por implementar la alternancia, en especial en las prácticas profesionales, el comportamiento del virus ha hecho de la educación a distancia una obligatoriedad.
La Opinión consultó a las directivas de las principales universidades de la región sobre el retorno a clase, y todas coincidieron en que recae en manos del Ministerio de Educación Nacional decretar cuándo sería prudente regresar sin poner en riesgo la salud de sus estudiantes.
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Carmen Araque, rectora del campus Cúcuta de la Universidad de Santander (UDES), manifestó que el retorno presencial a la institución se realizará de manera gradual, pero aún no se tienen estipuladas las fechas. Desde el pasado mes de agosto están ofertando clases virtuales en sus trece programas académicos con una deserción escolar mínima.
Por otra parte, la Universidad Francisco de Paula Santander (UFPS) y la Unipamplona, han presentado una deserción “absolutamente baja y muy inferior a la media nacional”, declaró Luis Trujillo, Vicerrector de Bienestar Universitario Ufps.
Esto se debe a la ‘Matrícula Cero’, iniciativa adelantada por estudiantes y aprobada por la Gobernación de Norte de Santander, por la cual 47.000 universitarios del departamento fueron exonerados del valor del semestre.
“La Universidad destinó recursos propios, 3.000 millones de pesos; el MinEducación colocó 2.594 millones de pesos, 4.000 millones la Gobernación, 200 millones la Alcaldía de Cúcuta y 30 millones el Consejo Superior Estudiantil”, confirmó Héctor Parra, rector de la UFPS.
Gracias a esto, muchos estudiantes que habían dejado de estudiar por la situación económica, pidieron la reactivación de código. “Fueron cerca de 1.100”, expresó Trujillo.
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Y a pesar de no estar caracterizados como beneficiarios directos del subsidio, la Gestión Social consiguió ampliarlo también para 796 de ellos. “La Gobernación correspondió con 500 millones de pesos y la universidad con 300 millones”, agregó Parra.
Así, el total de educandos recibidos para el segundo semestre académico en la UFPS fue más de 17.000, mientras que la UniPamplona, contando sus tres campus, recibió 25.600, expresó el rector Ivaldo Torres.
Sobre solicitantes para nuevo ingreso, Torres manifestó que hubo muchas consultas, pero que no pueden admitir más allá de dos mil por semestre debido a la capacidad de su infraestructura física. “Tuvimos inscritos cerca de cinco mil muchachos, pero solo 2.111 fueron escogidos”.
Por último, Torres invitó al Gobierno Nacional en pensar en la ‘Matrícula Cero’ como una nueva política de Estado que ayude a combatir la deserción y permita un balance positivo en la educación superior del país.
