La fundación cucuteña Semillas de Pandora concluyó recientemente el ciclo 2017 de su proyecto más exitoso: Teatro al derecho, propuesta social para capacitar a los ciudadanos en temas de derecho civil.

La iniciativa surgió de un grupo de jóvenes de Ciudadela Atalaya, como una forma de generar prevención en asuntos como trata de personas, explotación sexual y promoción de estilos de vida saludables.

Ahora cuentan con profesionales en psicología y arte drámatico que posicionan su trabajo.

Con 10 años en esta labor de educar artísticamente, Semillas de Pandora ha podido impactar la población venezolana que cruza la frontera buscando mejores oportunidades de vida.

“En las últimas tres versiones tenemos formación de trabajo con migrantes a través del Centro de Migración, con talleres por horas”,  indicó Mercy Esperanza Urrea, miembro de la fundación.

En el último año, 190 venezolanos —niños y adultos— han logrado ser parte de estos procesos educativos.

“Creemos que las artes llegan a la profundidad del ser, son la mejor manera de educar, generan la sensibilidad en las personas”, resaltó Urrea.

Sin embargo, será hasta abril del 2018 cuando tengan una nueva oportunidad para desarrollar estas actividades. 

La meta es hacer una convocatoria para llegar a Sardinata, San Roque, Convención y el corregimiento de Agua Clara, para enseñar con esta metodología, adicionalmente al Centro de Migración. 

Con esfuerzo, la fundación ha logrado ser reconocida por el ministerio de Protección Social.

En el tema de recursos ha obtenido apoyo del Ministerio de Cultura y un aporte de 8 millones de pesos por parte del Departamento en esta vigencia, para cumplir 4 procesos de formación.

“Si tuviéramos más recursos podríamos llegar a más gente. Tenemos mucho trabajo por hacer aquí y nos gustaría tener apoyo de la Alcaldía”, puntualizó Urrea.