El fin de semana, el alcalde Jairo Yáñez lideró la demarcación de los espacios en los que vendedores informales del centro de Cúcuta instalan sus puestos, con el fin de que trabajen con la medidas de bioseguridad, para evitar la propagación del coronavirus.
El uso obligatorio de tapabocas y la desinfección regular sus espacios, así como el lavado o limpieza de sus manos regularmente, son medidas que deben tener en cuenta los comerciantes ambulantes.
Según el mandatario local, la estrategia se lleva a cabo a través del diálogo social, el trabajo en equipo y el liderazgo colectivo con el presidente de la Asociación de Vendedores Informales de Cúcuta, Ricardo Jaimes.
Además de luchar contra la COVID-19, el plan busca despejar los andenes y permitir el libre tránsito de los peatones, manteniendo el distanciamiento social obligatorio.
La administración municipal también lleva a cabo un censo de informales. En la primera fase de la caracterización se contabilizaron 1.220 vendedores ambulantes.