Las palabras de reconciliación de un sacerdote, la feroz defensa por el respeto a los comunales, el llanto de los familiares de los líderes masacrados en Cúcuta fueron suficientes para confirmar que por las comunas de la ciudad corrió la sangre de 120 integrantes de la acción comunal, rememorados este domingo, en el aniversario 59 de creación de estas agrupaciones sociales.
En medio de la celebración, se realizaría también una medida de satisfacción por el buen nombre de las víctimas de la Federación Comunal de Cúcuta, de parte de las autoridades civiles y militares que, en un acto público de perdón, se comprometieron a proteger la vida e integridad de los líderes.
Sin embargo, la actividad quedó incompleta por la ausencia del alcalde César Rojas, situación que fue rechazada por Martha Maldonado, presidenta de la Federación.
La lideresa resaltó el cumplimiento de la Unidad de Víctimas, la Secretaría Municipal de Posconflicto, la Secretaría Departamental de Víctimas, la Policía, “pero por respeto a los líderes, a los familiares, y a la organización comunal no acepto el acto de perdón si no lo da quien lo debe dar, que es el alcalde”.
Agregó que “firmaremos un acta para decir quiénes cumplieron, pero el señor alcalde nos tendrá que convocar a todos los comunales para que nos pida perdón, porque fue el alto gobierno el que permitió en el tiempo de la violencia que nos asesinaran y que nos desplazaran”.
(La dirigencia comunal de Cúcuta rindió un homenaje a los líderes que en la ciudad y en el departamento han sido asesinados en desarrollo de su tarea de defensa de los habitantes de los barrios y veredas.)
Por la memoria
El encuentro de los comunales en Cúcuta fue inusual, según relataron, porque han pasado más de dos décadas desde el último encuentro masivo para efectuar una marcha que recorrió la Plaza de Banderas hasta el Colegio Inem.
Ya en la institución educativa, escucharon al sacerdote católico William Santamaría, quien recordó “la sangre que ha caído de los líderes” pero enfatizó en que “este es un nuevo momento” en el que “necesitamos dejar el odio y la violencia”.
Por su parte, Maldonado indicó que hacer memoria de los comunales caídos ha sido un proceso “duro” que solo logró afrontar con los demás líderes que permanecieron a su lado.
“Eran mis amigos, mis compañeros a los que asesinaron”, dijo entre lágrimas. “Y era a mí a la que llamaban a decirme: ahí le dejamos otro amigo suyo tirado”.
Agradeció al grupo de comunales que “en medio de las balas, de la sangre, hemos consolidado la organización que hoy tiene 337 juntas de acción comunal, 14 asociaciones y no nos hemos dejado vencer”.
Magda Barbosa, hija de Marina Muñoz, lideresa asesinada en Cúcuta, destacó el trabajo de los líderes y afirmó que sin ellos “sería imposible el progreso y estaríamos más permeados por la corrupción y la violencia”.
Evocó, a media voz y pleno llanto, cómo ha sido sobrevivir añorando “aquellos años en los que mi madre madrugaba a arreglar mangueras de agua; a recoger en el mercado con los miembros del grupo juvenil donaciones para las familias menos favorecidas: esos días en los que luchaba por la comunidad, como hoy lo hacen ustedes”.
Aunque la Federación Comunal de Cúcuta sigue recibiendo denuncias de líderes amenazados, su presidenta fue enfática en declarar que “no vamos a declinar nuestra bandera y que estamos aquí porque queremos construir una patria en paz, porque para eso fue constituida la acción comunal: para hacer la paz”.
Durante la celebración de los 59 de la acción comunal, se conmemoró el asesinato de líderes de las comunas 3, 4, 6, 7, 8, 9, Palmarito, Banco de Arena, Buena Esperanza, Agua Clara y San Faustino.
Además. a la fecha, en Colombia han sido asesinados 34 dirigentes comunales. En 2016, se contabilizaron 58, y en los últimos 30 años, se da cuenta de 8.780 homicidios en contra de estos líderes, según datos de la Federación Nacional de Acción Comunal.
