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Contaminación auditiva en las calles de Cúcuta sigue vigente

El uso de megáfonos disminuyó en el centro, pero aumentó en los barrios, aseguran habitantes.

Ir al centro de la ciudad es una de las acciones que a diario hacen miles de cucuteños, bien sea para comprar algún artículo, realizar un pago, cumplir una cita, trabajar, en fin, desde siempre, este ha sido un punto de encuentro obligado.

Esta experiencia, sin embargo, representa también varias incomodidades, como la congestión vehicular, el alto número de vendedores ambulantes, el cada vez más escaso espacio público y la contaminación auditiva que proviene, principalmente, de cornetas y parlantes instalados en las ventas informales y locales, los pitos de los carros, los gritos de comerciantes ofreciendo sus productos, entre otros.


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En septiembre de este año, La Opinión denunció la ‘guerra del megáfono’ en el centro de la ciudad, una actividad en la que varias carretas, también llamadas ‘zorras’ se mezclaban con el sonido de los negocios, generando un caos en esta importante zona de la capital nortesantandereana.

Ante este panorama, la Alcaldía de Cúcuta emitió el Decreto 0283 del 24 de septiembre de 2021, mediante el cual prohibió el uso de megáfonos, altoparlantes y amplificadores en la zona céntrica.

En esta norma le solicitaron a la Policía Nacional la vigilancia y el estricto cumplimiento de las medidas adoptadas, así como la imposición de las respectivas sanciones a que haya lugar, de acuerdo con la Ley 1801 de 2016, modificada por la Ley 2000 de 2019.

 

Contaminación auditiva en Cúcuta

 

¿Se está cumpliendo la norma?

En una visita hecha esta semana al centro de Cúcuta, La Opinión evidenció una disminución en los sonidos emitidos por parte de los vendedores estacionarios y ambulantes, así como de los locales comerciales de la ciudad, aunque el fenómeno se sigue presentando.

En diálogo con uno de los animadores de un local comercial de venta de ropa interior femenina, este expresó que funcionarios de la Alcaldía los habían visitado para que le bajaran el volumen al parlante, pero no les prohibieron que se hiciera perifoneo, por lo que sus gritos compensaban el bajo sonido que se puede emitir.

En Colombia, el máximo de decibeles permitido durante el día en zonas residenciales es de 65 decibeles (dB), en zonas comerciales e industriales hasta 70 dB y en zonas de tranquilidad 45 dB. En las noches, el máximo permitido es de 45 dB en zonas residenciales, 60 dB en  zonas comerciales, 75 dB en industriales y 45 dB en lugares tranquilos.


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En cerca de una hora de recorrido, se pudo visibilizar y escuchar que cuatro de los vendedores informales que utilizan ‘zorras’ siguen haciendo uso de megáfonos y parlantes para ofrecer sus productos. No obstante, cabe mencionar que la gran mayoría de vendedores aún tiene el sistema de amplificación de sonido, pero no estaba haciendo uso del mismo.

“La Policía nos ha dicho que no se puede utilizar, por eso tenemos ahí apagado el megáfono. Esto afecta las ventas, porque las personas no lo ven a uno; son muchos vendedores y poca gente la que hay, por la crisis que se ve en las calles”, le dijo a La Opinión uno de los vendedores.

En la visita, esta redacción encontró a funcionarios de la Secretaría de Gobierno haciendo controles sobre el uso del espacio público.

 

Invasión espacio

 

Fenómeno en los barrios


Aunque el Decreto 0283 viene dando resultados en cuanto a la disminución de la contaminación auditiva en el centro, algunos ciudadanos siguen reportando que el fenómeno de los megáfonos y altoparlantes sigue vigente en los barrios de la ciudad.

“Todos los días pasan por acá vendedores de aguacates, plátanos, entre otros alimentos que, si bien los ofrecen a buenos precios, su promoción se hace por medio de una amplificación de sonido que altera la tranquilidad”, denunció Charles Olarte, habitante de Prados del Este.

Residentes de sectores como Los Caobos, Ceiba, Guaimaral y otros barrios también han cuestionado que el ruido que producen las ventas ambulantes se sigue presentando, sin que aparentemente se tenga un control de las autoridades.


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Ante esto, el secretario de Gobierno de Cúcuta, Cristian Buitrago, aclaró que el decreto que prohíbe el uso de los megáfonos, si bien se expidió en septiembre y ya se ven unos resultados, la pedagogía y las sanciones empezarán en diciembre.

“Nosotros empezaremos con un proceso de instrucción a estas personas que, de ser renuentes en esta actuación, irá seguido del decomiso de estos aparatos”, señaló Buitrago.

El funcionario precisó que esta medida se tomó debido a que “existe un fallo de una acción popular que pide eliminar los ruidos de esta zona céntrica, por lo que la Secretaría de Gobierno la hará cumplir”.

¿Y el Mapa de Ruido?

En 2014, la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor) le entregó a la Alcaldía de Cúcuta, que en ese entonces encabezaba Donamaris Ramírez, el Mapa de Ruido en el que se identificaban las zonas de la ciudad que eran de uso residencial, comercial, industrial y de tranquilidad.

Jorge Arenas, subdirector de Medición y Calidad del Aire de Corponor, explicó que el control sobre los excesos de ruido recae sobre la administración municipal, aunque aclaró que el Mapa se debe actualizar.


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“En 2018, cuando vencía el Mapa, no se pudo actualizar porque no estaba establecido el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial (POT). En 2019, el Concejo entregó el POT y cuando íbamos a realizar el nuevo Mapa, apareció la pandemia y dicha información no se pudo recolectar, por lo que el compromiso es poderlo realizar en 2022”, señaló.

Arenas dijo que la actualización de este documento es necesaria, debido a que hay zonas de la ciudad que han cambiado de uso y citó como ejemplo el auge comercial en el barrio Los Caobos, considerado hoy como la nueva zona rosa de la ciudad.

 

Carretas siguen en el centro

 

 

¿Qué riesgos hay para la salud?

Jesús Antonio Álvarez Angarita, fonoaudiólogo especialista en audiología, enfatizó en la importancia de hacer control a los ruidos de la ciudad, principalmente porque a largo plazo esto podría traer consecuencias irreparables.

“Hay que tener en cuenta muchos factores que desencadenan daños a la salud en el ser humano. Los daños causados al sentido de la audición varían mucho, pero la principal causa de pérdida auditiva (hipoacusia), es el ruido. Es muy común encontrar esta patología en diversa población, ejemplo: trabajadores de la industria, personal militar, docentes y conductores”, explicó.

El especialista afirma que estudios hechos en ciudades medianamente grandes demuestran que el nivel de presión sonora ambiental supera fácilmente los 90 decibeles.

“Si exponemos a una persona a más de 6 horas a ese nivel de ruido, lo que obtenemos es pérdida de audición irreparable, aparte de otro tipo de alteraciones tales como el tinitus. Los pacientes tienden a sentir fatiga auditiva, dolores de cabeza y sienten que escuchan y no entienden”, complementó.

Álvarez Angarita sostiene que, por la característica de la pérdida auditiva inducida por ruido, los pacientes no tienden a referir sordera sino hasta al paso de los años, debido a que la patología “es progresiva y preserva las frecuencias que dan discriminación”. 

Como conclusión, el especialista dice  que la exposición al ruido genera pérdida auditiva, lo que se conoce como sordera, la cual es irreparable, “la gran preocupación son las pocas acciones dirigidas a la reducción de los factores de riesgo”.

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Miércoles, 24 de Noviembre de 2021
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