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COVID-19 no es el único mal de la comuna 5 de Cúcuta

Los problemas que genera el canal Bogotá agudizan la situación por la pandemia en esta zona.

La pandemia de la COVID-19 no ha sido la única enfermedad a la que la comuna 5 se ha tenido que enfrentar. 

Aunque es una de las más afectadas con casos positivos de COVID-19, desde hace más de 50 años viene luchando contra el abandono y deterioro del Canal Bogotá.

Una situación que, preocupa cada día más a sus habitantes, ya que este lugar se ha convertido en la guarida para ladrones y consumidores de alucinógenos, quienes aprovechan su escondite y condición para delinquir a cualquier hora.

Luego de medio siglo de haberse construido, con el fin de mitigar el impacto de las inundaciones por aguas lluvias, este sitio se ha convertido en el peor mal de la ciudad, en especial para las decenas de barrios por los que atraviesa. 

“Todas las alcaldías le ponen el ojo, pero ellos mismos son conscientes que este es un problema de nunca acabar. Hay ladrones, violencia, sexo, drogas, una calamidad interminable”, dijo Ramón Torres, habitante del barrio Colpet. 

Para los vecinos, el canal nunca ha sido el lugar para la recolección y evacuación de las aguas lluvias, sino al contrario, se ha convertido en un sitio que recoge basuras, desechos, animales muertos, escombros y demás. 

Añadiendo a esto, que, según la comunidad, las bombas de gasolina son las que menos colaboran. 

“Se les olvidó que esto era un canal de aguas lluvias, no un botadero de aceite quemado, ni de repuestos que no sirven”, dijo una de las líderes comunales del sector, pero que por seguridad eligió no ser mencionada.

Contaminación ambiental

La pésima cultura ambiental que existe entre los cucuteños, deja en evidencia la contaminación que invade a este lugar. 

“Veolia ha hecho jornadas de limpieza, pero hay muchas personas inconscientes que siguen botando basura acá, además de los malos olores que se generan y que en medio de la pandemia  agravan más la situación”, dijo Olga Peña, vecina de la urbanización Gualanday. 

Muchos han sido los intentos para cambiarle la cara al Canal Bogotá, pero ninguno ha funcionado. Todo lo que allí habitan parece resistirse al cambio.

Aunque algunos grupos juveniles han intentado embellecer el lugar con mensajes y dibujos esperanzadores, la mancha de las aguas negras parece resaltar más.

La comunidad ha perdido la esperanza de recuperar este espacio y de caminar con tranquilidad sobre estas aceras. Si no son víctimas de los robos, el susto de ver a los indigentes los puede paralizar o los fétidos olores los hace buscar cualquier camino, menos este.

‘Banditas que operan desde siempre’

Marta Torres, habitante del barrio Zulima, afirma que los robos han ido en aumento, y que, aunque sabe que esto ocurre a diario en todo el municipio, en las últimas semanas los índices de inseguridad en la comuna están disparados. 

“Antes era porque no se podía salir muy temprano, ni llegar muy tarde. Hoy ni con los toques de queda, ni con todas las medidas que la alcaldía ha implementado. Salir a cualquier hora del día se ha convertido en una incertidumbre”, mencionó Torres. 

Uno de los líderes barriales del sector, señaló que en tiempos de pandemia, en lugar de que las bandas delincuenciales desaparecieran, se han formado más. 

“Los jóvenes han venido organizando bandas relacionadas con el microtráfico y la prostitución. Ese es el pan diario de cada día. Aquí no se cumplen medidas de nada, porque la gente hace lo que se le da la gana”, dijo el comunal.

Algunos de los líderes consultados por La Opinión prefirieron omitir sus nombres, pero coincidieron en afirmar que la falta de unidades policiales es una deficiencia para la ciudad. 

Aunque la Secretaría de Seguridad Ciudadana y la Policía Nacional han venido trabajando articuladamente para combatir la delincuencia, los habitantes señalan que no han visto resultados. 

Casos de COVID-19

A corte de la primera semana de agosto, la comuna 5 ya cuenta con más de 220 casos positivos de coronavirus. 

Los habitantes indicaron que son conscientes de que estos casos irán en aumento, no solo por la falta de responsabilidad de muchas personas, si no por los habitantes de calle que rodean sus barrios sin ningún tipo de control sanitario.  

“Los indigentes no usan tapabocas, andan sucios, se sientan en cualquier lado y recogen cualquier cosa, si se contagian los sanos, no me imagino a ellos”, dijo Graciela Torres, habitante del barrio Pescadero ante la situación que viven.

Esperanza perdida

Aunque algunos mantienen la esperanza de que su comuna y barrios cambien algún día, son muchos los que afirman que el cambio nunca llegará. 

Los habitantes temen que en medio de la emergencia social que se está viviendo a causa del coronavirus, el Canal Bogotá pueda convertirse en un gran foco de contagios. 

Sin embargo, la Secretaría de Salud ha estado realizando jornadas de control y revisión a los habitantes de calle en distintos lugares, con el fin de supervisar que se encuentren en buen estado de salud y otorgarles implementos de bioseguridad como el tapabocas. 

La Policía Nacional se encuentra comprometida a fortalecer los controles de seguridad y acabar con las bandas delincuenciales que rodean el sector.

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Viernes, 7 de Agosto de 2020
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