Vestidos con batas blancas, una nariz de payaso, rostros de colores y una sonrisa de par a par, los voluntarios de Hospiclown recorren los pasillos y habitaciones de hospitales, fundaciones y comunidades vulnerables en Cúcuta, llevando la ‘medicina’ de la felicidad a quienes lo necesitan, en especial a los más pequeños.
Una misión que nació en 2015 gracias al trabajo de Juan Álvaro Santos Omaña, cofundador y actual presidente de la organización, que lo define como “una labor que se caracteriza por hacer terapias basadas en la alegría, contagiar de risas y brindar un momento de felicidad”.
Después de ocho años colaborando con la construcción de una ciudad caracterizada por la solidaridad y humanización, la fundación sigue desarrollando proyectos enfocados al bienestar y mejoramiento de la calidad de vida a través del arte y el clown.
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Santos, a pesar de ser ingeniero Civil, el llamado social lo hizo orientar su vocación a otro ámbito, lo que lo tiene al día de hoy formándose de forma profesional en Trabajo Social, una carrera que va a la par con su técnica en Artes Escénicas y a su trabajo con la fundación y el Sena.
Sin embargo, con el objetivo de seguir fortaleciendo sus capacidades y apostando a la promoción de sus ideas, el director de Hospiclown decidió participar en la iniciativa Jóvenes Líderes de las Américas (YLAI, por sus siglas en inglés), un programa que ofrece becas en Estados Unidos para ampliar el liderazgo de jóvenes emprendedores en sus empresas comerciales y sociales.
Tras cumplir una serie de requisitos específicos y mediante un proceso de selección competitivo, el perfil de este cucuteño logró convencer a la IREX y la Embajada de Estados Unidos para ser uno de los seleccionados en el proceso.
“Fue un proceso largo, de años de preparación y de ir cumpliendo todo lo indicado en los requisitos que solicitaban para el proceso, me siento orgulloso de representar a Cúcuta y espero poder adquirir muchas ideas para poder ejecutarlas en mi regreso a Colombia”, señaló.
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Aunque la buena noticia se le fue entregada el año pasado, no será sino hasta el próximo 8 de mayo que Álvaro Santos empaque sus maletas y tomé un avión con rumbo a Houston, ciudad donde se dará la apertura oficial del proceso, de allí, cada uno de los beneficiarios seguirá su propio rumbo a diferentes Estados del país norteamericano.
“De acuerdo con el perfil y con el tipo de emprendimiento que se desarrolle, se asignó una institución a trabajar, en mi caso, me desplazaré a Chicago, una de las ciudades más grandes del país, para realizar una labor en conjunto con el área cultural", detalló.
En total serán más de cuatro semanas en donde Santos Omaña recibirá una serie de capacitaciones y seminarios para nutrir sus conocimientos, y regresar a la ciudad para poder replicarlos ante los demás movimientos juveniles.
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