Vecinos de sectores céntricos de Cúcuta se declararon el miércoles impotentes con los cementerios de automotores abandonados y en ruinas que de un momento a otro empezaron a aparecer en sus barrios.

La presencia de carros desguazados, con sus llantas y puertas dañadas se volvió una costumbre encontrarlos en barrios como El Callejón, Caobos, Blanco, Niza, Guaimaral, Quinta Oriental, Atalaya I Etapa y en pleno centro de la ciudad, apostados como floreros intocables y frente a los cuales las autoridades no hacen nada para erradicarlos.

En El Callejón, la calle 3 entre avenidas 8 y 9, los talleres de mecánica que allí funcionan convirtieron este tramo en un cementerio de carros en ruinas y en un mercado negro de autopartes.

Vecinos del sector aseguraron a La Opinión que ven llegar carros a diario y en cuestión de horas están desguazados y ofrecidos por partes al público en plena calle.

Los peor de esta actividad es que luego de vendidas algunas partes del automotor, el resto queda abandonado en plena en la vía y así permanece por espacio de meses sin que nadie retire los desechos, lo cual además obstaculiza el tránsito automotor y de peatones, denunció Olga Lucía Jurado, vecina de El Callejón.

Esto mismo ocurre desde hace más de una década en la avenida sexta entre calles 3 y cuarta, y en el triángulo de la avenida quinta con calle 4, centro de Cúcuta, a solo siete cuadras de la sede de la Alcaldía.

“No se explica por qué entre tantas campañas que se han emprendido contra los invasores del espacio público, en estos sectores nunca se ha actuado y obligado a los infractores a enderezar su comportamiento con la ciudad”, dijo Norberto Caicedo, propietario de un almacén de ropa.

En estos lugares, los vecinos deben convivir también con el olor permanente de gasolina, debido a que los mecánicos emplean el combustible para lavar algunas partes de los automotores que desguazan.

Vecinos de la avenida 0B con calle 20, en barrio Blanco, tampoco se explican por qué la autoridad de Tránsito no ha procedido con el retiro hacia el parqueadero municipal de un automóvil que se encuentra abandonado en plena vía desde hace más de seis meses.

“Con el paso del tiempo el carro de deterioró y ahora tenemos una ruina de florero en nuestra calle”, dijo María Luisa González, una vecina del sector.

En las mismas condiciones dijeron encontrarse vecinos de los CAI de Niza y Guaimaral, en cuyas afueras son mantenidos carros y motocicletas que obstruyen el paso de automotores y de peatones.

Los barrios de Atalaya I Etapa y La Merced son los reyes de esta fea costumbre de exhibir carros en ruinas en las vías, “pero también en los que las autoridades se resisten a hacer valer la ley”, dijo el abogado Gerardo Martínez, quien considera que estos bienes mostrencos (abandonados)  le están dando un golpe en la nuca a la imagen de la ciudad.

Dijo que quien sepa de la existencia de un bien mostrenco deberá denunciarlo ante Bienestar Familiar o al Fondo Nacional Agrario, entidades que una vez adjudiquen el bien, entregarán una compensación económica al denunciante.

Hablan las autoridades

El secretario de Gobierno del municipio, Oscar Gerardino, fue enfático en advertir que los carros en ruinas y abandonados en las vías serán retirados y llevados al parqueadero municipal, y  que a los responsables les serán aplicadas multas que van desde 345 mil a 5 millones de pesos.

Esta tarea se hará en con junto con la policía de Tránsito y la Secretaría de Seguridad.

La Opinión