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Deslizamientos ya no serán un riesgo para cinco barrios

La solución era esperada desde hacía dos décadas por las comunidades.

Los trabajos que ejecuta el consorcio Cúcuta 2017 en cinco barrios del occidente, dirigidos a estabilizar los taludes, construcción de muros y canalización de las aguas lluvias a lo largo de la quebrada La Cañada estarán listos a finales de febrero.

Las obras se iniciaron en abril de 2019 con la intervención de un área de 7.000 metros cuadrados,  con recursos del Fondo Adaptación.  Los barrios beneficiados son Palmeras parte alta y baja, Belisario, 6 de Enero y 7 de Agosto, de la ciudadela Juan Atalaya.

La solución era esperada desde hacía dos décadas por las comunidades, especialmente de las familias asentadas en la ladera por el riesgo constante de que las viviendas se cayeran, “como ocurrió con varios predios que colapsaron en pasadas oleadas invernales”, según Ramón Arturo Suárez, quien vive en la manzana 33, donde funcionó la escuela Cúcuta 75, que fue abandonada por fallas estructurales y agrietamiento del terreno. 

Carmen Sofía Duarte, la propietaria de una casa ubicada frente al lugar donde se adelantan los trabajos, dijo sentirse feliz porque por fin, después de seis años de espera, se materializa una obra que les permite conciliar el sueño, ya que en el pasado cuando llovía nadie en esa cuadra podía dormir por temor a que la vivienda se viniera abajo.

Funcionarios del consorcio Cúcuta 2017 manifestaron que el proyecto en general comprende dos frentes de obra, uno en la quebrada La Cañada y otro en Canoítas, en la vía a San Pedro, sector  El Pórtico, por un valor superior a los $3.000 millones, aportados en su totalidad por el Fondo Adaptación.

El proyecto se ejecuta en el marco de la gestión del riesgo para prevenir catástrofes naturales, que en el caso de La Cañada y Canoítas comprenden la contención de taludes.

En La Cañada específicamente se está haciendo una estabilización del terreno mediante muros de contención que se ajustan a las características del suelo, terrazas, construcción de filtros en piedra picada de 4 metros de alto por 2 de ancho junto al muro de contención que bordea a la quebrada, para recoger las aguas que bajan por la ladera haciendo que sigan su curso natural y no provoquen deslizamientos. 

Así mismo, la adecuación del alcantarillado desde donde empieza la obra, reconstruyendo el colector de aguas negras que se había dañado con vertimiento a cielo abierto sobre el terreno y la quebrada, contaminando La Cañada además de debilitar el suelo.     

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Viernes, 31 de Enero de 2020
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