Despejado y limpio. Así lució este miércoles el parque Lineal, o el Bronx cucuteño. Por fin, las autoridades sumaron esfuerzos y le metieron el ojo, la maquinaria, los policías y hasta pintura al espacio, que estaba convertido en nido de drogadicción, delincuencia, ventas ilegales, basuras y mendicidad.

En un segundo intento de despeje, la Alcaldía y la Policía tomaron por sorpresa a los consumidores y ocupantes del parque. 

A las 7 am llegó un grupo de 150 personas que empezó a botar todo lo que no servía. Voluntarios, trabajadores de Proactiva y Aseo Urbano, y los mismos policías tomaron cepillos, palas, y bolsas y limpiaron cada rincón.

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La iniciativa busca recuperar el parque, para devolverle su razón de ser: un sitio de esparcimiento, recreación y descanso; o por lo menos, que sea una zona sin drogas, sin delincuentes, y sin vendedores ilegales.

“Ya estábamos cansados de que los clientes no quisieran llegar a los locales y no pudieran, porque les daba miedo pasar por el medio del parque, donde había  gente consumiendo drogas, y delincuentes”, dijo Laura Hernández, comerciante formal de la zona. 

El pasado jueves 22 de marzo, se hizo el primer intento de despeje del Lineal durante este año. Solo duró dos horas: desde el mediodía hasta las 2 p.m. Transcurrido este breve lapso, todo volvió a convertirse en el caos que ha sido por meses.

Los comerciantes coinciden en que lo más fácil es limpiar y desalojar a las personas que habían escogido al Lineal como su casa, porque dormían, comían, hacían sus necesidades, y hasta cocinaban en él. Pero, lo difícil es mantenerlo así.

La coronel de la Policía, Adriana Paz, explicó que el organismo tiene instrucciones con  relación al mantenimiento de la seguridad del espacio. 

“Se trabaja en asegurar y ubicar a los expendedores de droga, evitar el consumo, y atender los casos con prontitud”, explicó. “Vamos a mantener una línea ciudadana coordinada con los comerciantes”.

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El emblemático parque, dividido en tres secciones, siempre ha estado ocupado por drogadictos y por indigentes. Estos últimos, se constituyeron en un grupo llamado Guardianes de mi Parque. Son unas 20 personas que de ahora en adelante trabajarán por mantener el espacio limpio.

Yair Urango, subsecretario de Seguridad Ciudadana, explicó que a través de la secretaría de Bienestar Social, la Alcaldía hará un trabajo con las personas de la calle para que ellas asuman compromisos como no consumir drogas en la vía pública ni hacer necesidades fisiológicas en el parque”.

Indicó que un aspecto importante es la colocación del nuevo alumbrado público, para que el espacio quede bien iluminado. 

Hermes Noguera, voluntario, estaba ayudando a pintar algunas áreas. 

“Yo no tengo trabajo fijo, y vengo muchas veces al parque, y me daba dolor verlo en lo que se había convertido, porque en pleno centro lo que había era un nido de cosas feas. De nada me vale hablar y no ayudar, por eso agarré la brocha y me puse a colaborar”, indicó.

Aún falta

La calle que está detrás de una de las secciones del parque es otro dolor de cabeza para el Municipio. Sigue igual.

Más de 60 vendedores informales de frutas y verduras tienen la calle cerrada con sus carretas. Se rehúsan a desalojar e involucrarse a los programas que está ofreciendo la Alcaldía para convertirse en comerciales formales.

Faltaría el despeje de este espacio público que colinda con el parque, y que trae consigo proliferación de desechos y suciedad al parque.

Por allí también es urgente que las autoridades echen un ojo. Todo está tomado, y detrás de esto pululan los delincuentes.