Tener una sala de lectura era un sueño lejano para los habitantes de la vereda Quebrada Seca, en zona rural de Cúcuta. La biblioteca más cercana está en un colegio sobre el anillo vial occidental a unos 40 minutos de camino.
Sin embargo, gracias al trabajo articulado entre la comunidad y al apadrinamiento de la Corporación Hecho en Casa, conformada por jóvenes profesionales cucuteños, Quebrada Seca ya tiene un sitio propio para disfrutar de la lectura.
Desde el año pasado los voluntarios de la corporación empezaron a tocar puertas de amigos, conocidos y la empresa privada en busca de recursos que les permitieran construir la anhelada biblioteca.
Una vieja estructura destinada por la comunidad para el salón comunal y la capilla, es la sede de la nueva biblioteca. Con huacales madera construyeron sillas y estantería, y a punta de donaciones recolectaron los primeros títulos de la sala de lectura.
Katherine Álvarez, integrante de la Corporación Hecho en Casa, destacó que más allá de la estructura física, los voluntarios buscan empoderar a las comunidades para que se articulen por un bien común. Tienen previsto acompañar durante un año a esta comunidad.
“Primero realizamos un diagnóstico con ellos, detectamos qué necesitaban como comunidad y priorizaron la construcción de la biblioteca. Allí empezó el trabajo articulado”, explicó Álvarez.
Durante un par de semanas los voluntarios y la comunidad de Quebrada Seca adecuaron los pisos, pintaron paredes y repararon goteras. El artista Nixon Valero se unió a esta causa pintando un colorido mural en la entrada de la biblioteca.
Los niños de la vereda bautizaron este espacio como ‘Divertilandia’, porque es único lugar que tienen en esta zona para divertirse.
Heybert Ortiz, voluntario de Hecho en Casa, indicó que aunque la biblioteca ya fue habilitada, aún están recibiendo libros, colores, marcadores, y juegos didácticos para completar la dotación. Los puntos de recolección son el centro de información del centro comercial Ventura Plaza y Tokio Café en la avenida 1 #11-24.
