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El barómetro de la xenofobia en Cúcuta

Estas conclusiones han sido publicadas por Centro de Estudios sobre Seguridad y Drogas (Ceded) y la Fundación Ideas para la Paz.

Vivir con un venezolano en el barrio, encontrar que el joven que despacha en la tienda es migrante, recibir clases de un profesor nacido en el Táchira, que en el colegio hay niños migrantes ya es común en cualquier ciudad colombiana. Aún más en zonas de frontera como Norte de Santander, donde el intercambio con  Venezuela ha sido históricamente normal.

Las muestras de solidaridad y empatía del colombiano son infinitas. Sin embargo, aún hay focos de rechazo hacia la población migrante como evidencia el Barómetro de Xenofobia, elaborado entre El Derecho a No Obedecer, proyecto de la Corporación Otraparte, el Observatorio de Migraciones de la Universidad Externado de Colombia y el Observatorio sobre Racismo, Xenofobia y Odio, proyecto de la Fundación Interpreta de Chile, la Friedrich-Ebert-Stiftung en Colombia y Save The Children.

Ellos analizaron 92.000 mensajes de redes sociales de 29.000 autores únicos y los separaron en las categorías de educación, crimen, salud y xenofobia.

Al someterlos a evaluación encontraron que la criminalidad fue la mayor razón impulsora de la conversación sobre la migración.

Entre las principales conclusiones del informe se destaca que el incremento en las conversaciones sobre migrantes y crimen suelen ir acompañadas, paralelamente, de un gran cantidad de mensajes xenófobos.

“En nuestro período de estudio los mensajes sobre crimen y migración representaron el 56 % de los mensajes de migración categorizados. Cúcuta fue la única ciudad donde la categoría de crimen no fue la que generó más volumen”, indica el documento.

Barómetro explica que esta percepción se da en ciertas ciudades del país, aún a pesar de que han demostrado que no hay evidencia de que los migrantes hayan aumentado el crímen en Colombia. Estas conclusiones han sido publicadas por Centro de Estudios sobre Seguridad y Drogas (Ceded) y la Fundación Ideas para la Paz.

Entre tanto, en aspectos relacionados con la educación y la salud hubo una  mayor difusión de mensajes relacionados con las atenciones dadas a los venezolanos en medio del fenómeno migratorio, bien sea por la sociedad civil como por el Estado colombiano.

“Un hecho interesante es que Cúcuta es la única ciudad donde el nivel de mensajes de la categoría xenofobia fue inferior al nivel de mensajes de la categoría salud para el periodo de estudio de este informe. Más aún, a final de mes la categoría de educación también tuvo más mensajes que la categoría xenofobia. Este comportamiento en la conversación sobre migración puede reflejar las necesidades que enfrenta  la capital de Norte de Santander con respecto a la migración venezolana”, añade el informe.

Ruth Johana Villamizar, psicóloga de Ecofetal Sas, recuerda que entre los colombianos y venezolanos que viven en las zonas de frontera existe una afectividad relacionada a la cercanía de los espacios geográficos e incluso los lazos familiares.

Villamizar enfatiza que en este contexto de la pandemia del coronavirus, el colombiano está más solidarizado con las circunstancias vividas por los migrantes, que han quedado sin sustento económico y que ahora están regresando a su país prácticamente obligados por las circunstancias.

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“Además,creo que también estamos siendo conscientes de que nuestra sociedad colombiana también tiene niveles de violencia”, indica la especialista, haciendo referencia a la categoría de crimen que refiere el estudio.

La psicóloga resalta el hecho de que ambos pueblos en zonas de frontera también viven necesidades parecidas y eso los hace más empáticos.

El padre David Caña, sacerdote encargado de la Casa de Paso Divina Providencia en Villa del Rosario, sostiene que los lazos de fraternidad y hermandad entre ambos pueblos son históricos. “Hace cinco años antes de que se cerrara la frontera, cualquier persona de San Cristóbal podía venir acá y cualquier persona de acá iba a Venezuela. Además, cualquier familia en Cúcuta tiene un familiar venezolano”, recuerda.

Explica Caña que muchos venezolanos se han regresado del interior del país a Norte de Santander, porque sienten menos discriminación en la región. “Los veía en el comedor y se regresaban a los cuatro meses de Bogotá, Ecuador y me decían que aquí se sentían por lo menos queridos”, comenta.

Una mirada a las cuatro categorías en la ciudad

Educación: 

En Cúcuta, en esta categoría a lo largo de julio las conversaciones giraron en torno a la noticia de que los estudiantes migrantes podrán utilizar la cédula venezolana para presentar las pruebas del Instituto Colombiano  para la Evaluación de la Educación (Icfes).

La medida indica que la cédula venezolana funciona para inscribirse y obtener la validación del bachillerato en Colombia. Esta iniciativa surge como un esfuerzo del Gobierno Nacional y los gobiernos locales de facilitar la integración de los migrantes venezolanos.

“En general esta conversación tuvo una buena recepción y la conversación se manejó con un carácter informativo. Es decir, no surgió ninguna conversación particular alrededor de la noticia”, precisó el informe.

Salud

En la capital de Norte de Santander, en torno a la categoría de salud, la cuestión del Centro de Atención Sanitaria Tienditas (CAST) fue el que generó mayor volumen de conversaciones. “La mayoría de los mensajes que se encontraron se trataban sobre la difusión de la creación del CAST y de la forma en cómo funciona”.

Luego, la dinámica de las conversaciones cambió hacia el decreto de alerta roja en Cúcuta al final del mes por el incremento en el número de casos de la COVID-19.

“Estos mensajes se relacionaron con el tema de migración por la preocupación de que los migrantes venezolanos no cumplieran con la normativa de la cuarentena”.

Los mensajes hacían referencia a situaciones en donde los venezolanos salían a la calle sin tapabocas, en grupos numerosos y sin tomar en cuenta los protocolos de bioseguridad.

Pero, además, hubo mensajes de preocupación por la aglomeración de venezolanos que buscan regresar a Venezuela. Un ejemplo de ello lo que se está viviendo en el sector de La Parada, en Villa del Rosario.

Crimen

En esta categoría, la mayoría de las personas muestra en los mensajes preocupación por el supuesto incremento en los niveles de criminalidad por culpa de los migrantes. 

La mayoría de los mensajes encontrados trata de crímenes cometidos en localidades del Norte de Santander, dice el informe.

“El mensaje más popular en esta línea indicaba que en el primer semestre de 2020 habían asesinado a 15 migrantes venezolanos y 7 habían sido desaparecidos por grupos armados ilegales. Este mensaje contó con 264 retweets y 567.872 impresiones”, detalla.

El barómetro precisa que la mayoría fueron opiniones individuales que mostraban la percepción de que los migrantes venezolanos incrementan los índices de violencia, y que las entidades gubernamentales no deben permitir la entrada de migrantes al país.

Xenofobia

En líneas generales los mensajes xenófobos surgieron como respuesta a eventos criminales, pero no estuvieron centrados en ningún evento particular.

“De igual manera, algunos mensajes hacían referencia de manera despectiva al aspecto físico o la forma de vestir de los migrantes venezolanos”, precisa el estudio. Pero, ninguno de estas conversaciones y mensajes tuvo una alta difusión.

El estudio precisa también que “un hecho interesante es que Cúcuta es la única ciudad donde el nivel de mensajes de la categoría xenofobia fue inferior al renglón de la salud en el periodo de estudio”.

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Miércoles, 19 de Agosto de 2020
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