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El desafío de comunicarse con señas

La escasez de intérpretes de lengua de señas ha aumentado las barreras de la comunicación en las personas sordas. 

“Se habla mucho de inclusión, pero se aplica muy poco”, afirma con impotencia Jorge Eliécer Fuentes, quien desde hace nueve años tomó la decisión de dedicarse a enseñar la lengua de señas.

Recuerda que la primeva vez que vio este tipo de interpretación fue en la iglesia católica del barrio, y que en ese momento no sabía lo que significaba. Luego, poco a poco, fue conociendo más y comprendió la importancia que tiene para las personas sordas, lo que para la mayoría es una simple seña. 

El hecho de que en la ciudad no haya un instituto especializado para la formación de intérpretes hizo que tuviera que aprender de los que sabían, y que habían aprendido igual que él, de manera empírica.

Este líder comunal contó con la fortuna de que solo unos meses después de haber decidido conocer más de esta lengua, el Instituto Nacional de Sordos (Insor) lanzó la convocatoria para la formación de intérpretes de manera virtual.

Así que aprovechó la oportunidad y obtuvo la licencia temporal para la enseñanza. Cuenta que lo que más le impactó de sus comienzos fue ver que personas adultas que eran sordas no tenían ningún tipo de conocimiento por la falta de una persona que les enseñara.

“Infortunadamente no hay un instituto que certifique este tipo de formación. Además, no es tan fácil como se cree, es una lengua difícil y compleja, que requiere toda la seriedad y la pasión posible para transmitir un buen mensaje”,  asegura Fuentes.

“Estamos en un mundo auditivo”, agrega. “Además, la gramática de la lengua de señas es diferente a la del español y, en ocasiones, puede tergiversarse o no entenderse”.

Cuenta que fue testigo de cómo un joven auditivo, tratando de seducir a una mujer sorda, hizo señas equivocadas y terminó ofendiéndola, pues no se hizo entender.

Casos como estos son más comunes de lo que se cree, afirma Fuentes, quien es también presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio Motilones.

“Si bien hay inclusión educativa, los intérpretes también necesitamos capacitarnos”, afirma. “Es muy complicado que los intérpretes sepan de todo. Yo he tenido, por ejemplo, que pedir ayuda para poder entregar conocimientos específicos”.

Una población llena de barreras

Aunque no hay un registro actualizado, se cree que en Norte de Santander hay 6.238 sordos, de los cuales 1.917 son de Cúcuta, de acuerdo al aplicativo Registro de Localización y Caracterización de Personas con Discapacidad (RLCPD) del Ministerio de Salud y Protección Social, con corte de 2016.

Lo que preocupa no es el aumento de la población, si no lo poco preparada que está la sociedad para incluirla. Según Fuentes, solo unas 12 personas están certificadas en la interpretación de la lengua de señas en Cúcuta. Lo que refleja que la necesidad es bastante amplia.

“Cuando se decide ser intérprete se adquiere una responsabilidad que muchos desconocen. Prácticamente se  vive otra vida. Nos convertimos en familia. Se aprende a lidiar con estados de ánimos”, afirma. 

Jorge Eliécer recuerda que una vez uno de sus alumnos, en una muestra de libertad, decidió ir solo a una cita médica y pasó más de una hora esperando que lo llamaran a consulta. Al pasar tanto tiempo, consultó a través de un escrito y lo que pasaba era que lo habían llamado, pero él no había escuchado.

“Las entidades que prestan un servicio no están preparadas para atender a estas personas. No tienen las herramientas. Solo se encuentran con barreras actitudinales y eso sí es una discapacidad”, afirma  Lucía Cárdenas, también profesional intérprete. Y agrega que sí se ha avanzado, pero que las falencias siguen siendo notorias. Además, falta organización entre las personas sordas para poder lograr más beneficios.

Gloria Valencia, directora del colegio Instituto Técnico Guaimaral, institución que atiende a la mayor población con discapacidad, lamenta que año tras año se deba esperar más de tres meses para que se dé la contratación de los intérpretes necesarios para los alumnos.

Este año, según la Secretaría de Educación municipal, se destinaron 600 millones de pesos para la contratación de este personal; sin embargo, aún están en el proceso.

“Lo ideal sería que estos intérpretes estuvieran desde comienzo de año, para que la educación para estos niños y jóvenes no sea solo de seis o siete meses”, asegura.

Ante la necesidad, surge el ingenio. Jefferson Colorado, quien estudia con sordos, viendo la necesidad de sus compañeros, decidió recurrir a lo poco que ha aprendido y es quien hace las veces de intérprete en el salón de clases. El método ha dado resultados, pero hace un llamado al Estado para que esta situación no se repita en los próximos años, pues lamentablemente siempre la contratación llega luego del primer periodo de clases.

Solución desconocida

Una herramienta que reduciría la brecha entre oyentes y sordos, según explica William Riveros, coordinador del programa de discapacidad del municipio, sería la utilización del Centro de Relevo.

Este es un proyecto que existe en Colombia desde el 2001.

Una de las líneas de acción es el servicio de relevo gratuito de llamadas a números fijos nacionales y móviles. Una herramienta que les permite a personas con diversas discapacidades auditivas llamar a oyentes y a estos, a su vez, ponerse en contacto con ellos por medio de una plataforma digital que ofrece las opciones de chat de video y chat de texto. 

En ellas, un intérprete se encarga de facilitar la comunicación entre sordo y oyente.

Además, cuenta con un Servicio de Interpretación en Línea (Siel), una herramienta, también gratuita, creada para que la población sorda pueda acceder, desde un dispositivo móvil con conexión a internet, a un intérprete en línea cuando requiera hacer diligencias de manera personal y lograr así una comunicación fluida en el punto de atención.

Riveros afirma que si todas las entidades utilizaran este sistema de comunicación que es gratuito, la vida de los sordos fuera más amena y la única barrera que tienen, que es la comunicación, dejaría de existir.

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Magaly Rubio
Magaly Rubio
Sábado, 8 de Abril de 2017
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