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Cúcuta
El despegue que Cúcuta se está perdiendo en los estratos altos
La capital de Norte de Santander fue una de las ciudades del país que más viviendas construyó entre 2012 y 2015.
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Sábado, 2 de Marzo de 2019

Cúcuta fue una de las ciudades del país que más viviendas construyó entre 2012 y 2015, alcanzando un tope de 13.000 entre las de interés social, gratuitas y Vipa.

Esto le significó a la ciudad un reconocimiento no solo social sino en lo comercial, despegando de paso el valor catastral a partir de ese año en 13 billones de pesos, una cifra interesante en momentos en que estallaba la peor crisis humanitaria en la región por el cierre de la frontera.

Pero así como en  la ciudad la construcción de vivienda se consolidó a partir de 2015, también, a la par, se empezaba a gestar una serie de planes parciales para catapultar a Cúcuta a estándares urbanísticos al mismo nivel de las grandes capitales del país.

El despegue de esta estrategia con la que se buscaba proyectar el urbanismo de la ciudad de manera integral se produjo en la administración del alcalde Donamaris Ramírez.

Tres de los planes más ambiciosos, hasta ahora sin precedentes en la ciudad, fueron el que concluyó con la construcción del Centro Comercial Jardín Plaza, donde se invirtió una suma cercana a los 180.000 millones de pesos.

Hoy, ese proyecto le ofrecerá a la ciudad no solo nuevas alternativas comerciales, sino empleo directo para unas 3.000 personas.

El otro plan fue el del centro comercial Tennis Park Plaza, con una inversión cercana a los 200.000 millones de pesos, a cargo de la compañía Ospinas.

Quedaría en la zona más exclusiva de la capital de Norte de Santander en un área construida de 75.000 metros cuadrados. El área comercial era de 32.000 metros cuadrados, con cerca de 200 locales comerciales y más de 800 parqueaderos.

Su apertura estaba programada para 2016, sin embargo, una tutela y después una acción popular interpuestas por ambientalistas impidieron a Ospinas dotar a Cúcuta de este desarrollo urbanístico y comercial, que además le entregaría un parque aledaño al río Pamplonita de 4 hectáreas.

De este plan parcial, también quedó pendiente la inauguración del almacén Zara, que era el anticipo de todo el desarrollo urbanístico pactado con Ospinas.

Toda la gestión emprendida hasta ese momento por Ramírez quedó incierta en este proyecto, pese a que año y medio después un fallo de tutela daría luz verde al plan parcial, aunque tarde, porque ya los inversionistas habían desistido.

Nuestro objetivo era dotar a la ciudad de tres grandes centros comerciales, dijo Ramírez, quien expresó que su administración dispuso de exenciones de impuestos hasta por diez años para que los grandes inversionistas voltearan sus ojos hacia Cúcuta, esto, a la postre, se logró con el plan parcial del Jardín Plaza, en manos de los portugueses, al rededor del cual tres grandes constructoras de Cúcuta también recibieron aprobación para construir vivienda nueva: Viviendas y Valores, Paisaje Urbano y San Francisco.

Quedaba un tercer plan parcial, el de Las Lomas, a cargo de la constructora Amarilo, que le daría la oportunidad de oro a la capital nortesantandereana de entrar a las grandes ligas en materia de urbanismo en estratos altos.

Quedó aprobado y finalizando en 2015. El paso a seguir para llevarlo a feliz término fue la expedición de la licencia de urbanismo y la de construcción, la primera se consiguió, pero la segunda, luego de terminado el mandato de Ramírez, no se logra concretar aún.

Este proyecto le apunta a tres objetivos: construcción de vivienda estrato 5 y 6, construcción de vivienda de interés prioritario y un gran centro comercial.

En total, Amarilo construirá unas 4.000 soluciones de vivienda en un lapso que irá hasta el año 2022.

Plan urbanístico

Aunque el proyecto urbanístico contemplaba apartamentos estrato alto, un hecho que lo hacía amigable con el medio ambiente y con los cucuteños eran los miradores que se construirían para que desde allí se pudiera observar la ciudad a cualquier hora del día.

Es un proyecto con mucho espacio público abierto, pues del total de hectáreas que comprende el cerro, se tenía decidido intervenir 35, según Planeación Municipal. Se desarrollará en los cerros frente al Tennis Golf Club en un cuadrante que encierra la autopista internacional, la autopista de Los Patios y la urbanización Bellavista, en el mismo municipio.

Lo que resta de Las Lomas es muy poco, no obstante, se requiere de la voluntad de la administración municipal para que se despejen los obstáculos que puedan estar impidiendo el arranque de la iniciativa.

En 2015 cuando le fue aprobado el plan parcial a la constructora Amarilo, no había entrado en vigencia la contribución por valorización, lo que podría ser una de las causas.La Opinión conoció que una de las propuestas que hará a la alcaldía el Presidente & CEO Grupo Amarilo, Roberto Moreno, es que en contraprestación al pago de plusvalía su constructora asuma una serie de obras que debe hacer el municipio en desarrollo del proyecto Las Lomas.

El alcalde Rojas reveló que este plan parcial fue modificado en 2018.  Dijo que la plusvalía es una contribución que debe pagar el propietario del predio por el cambio de uso y aumento en los índices de construcción, de lo cual la Sociedad Colombiana de Arquitectos hizo los avalúos. Ya hay unos compromisos con la constructora para recibir parte del pago en obras de carga general y parte en efectivo.

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