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Cúcuta
El POT, decisivo para la Cúcuta que soñamos
Es la luz y guía de la inversión pública con fines específicos en pro del desarrollo socioeconómico del municipio. 
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Domingo, 23 de Diciembre de 2018

El plan de ordenamiento territorial es como nuestro “faro del catatumbo”. Es la luz y guía de la inversión pública con fines específicos en pro del desarrollo socioeconómico del municipio. 

La Ley  388 de 1997,  establece que el ordenamiento del territorio se debe hacer de manera concertada, en ejercicio de la función pública en su jurisdicción  y para regular la utilización, transformación y ocupación del espacio urbano, de acuerdo con las necesidades sociales y económicas del lugar, en sintonía con el medio ambiente y las tradiciones históricas y culturales de los territorios.

Cúcuta en 2018 -pensada para avanzar estratégicamente con proyecciones a 30 años- enfrenta retos importantes con las exigencias de la Frontera, pero también  recobra su identidad y la capacidad de potenciar las oportunidades endógenas que hemos obtenido tras batallas titánicas.

El ordeamiento depende el POT

El ordenamiento territorial aporta esas herramientas para lograr una ciudad incluyente, equitativa, pujante y resiliente que garantice la participación de sus habitantes y la construcción  del presente comprometido con las futuras generaciones. 

En estos principios, radica la importancia del POT, como el instrumento normativo y político, que provee  actuaciones integrales con estrategias, planes, programas y proyectos involucrando a toda la población, en un ejercicio compartido de imaginario urbano.

En nuestro territorio convergen día a día un sin número de intereses: los intereses de la gente, los de los entes territoriales, los de los clusters, y otros que son tácitos, pero contundentes. Algunos de estos intereses están en  conflicto, otros en apacible dialogo, pero su conjunción genera oportunidades para actuar decididamente y aportar técnicamente,  como lo hemos hecho los gremios. 

La sumatoria adecuada de intereses provee el escenario perfecto para el debate, la integración y la solución a problemáticas actuales, que se apaciguan –por ejemplo– al equipar los parques en zonas vulnerables, al mejorar las calzadas en los barrios donde se pagan impuestos o al hacer inversiones puntuales en infraestructura, sin un plan estratégico de movilidad. El fervor de contar con una hoja de ruta, “muy cucuteña”, nos mantiene atentos y motivados, a apoyar el proceso; convencidos que obtuvimos un espacio  de participación (en donde aún hay puesto para las universidades, los colectivos y hasta los niños), no desde la queja, sino desde la acción.

El poderoso corazón de Cúcuta y sus gentes, nos mantiene perennes en una constante esperanza , de que tiempos mejores vienen; y tras la polémica solo aguardamos  que el POT termine con una nueva visión de ciudad, que trascienda los colores políticos y dialogue con el ordenamiento de los municipios con los que Cúcuta hoy esta conurbada, trabajando  juntos y  apalancandonos desde la participacion, para lograr un instrumento de gestión territorial estratégico para los próximos doce años.

*Por: Margarita Contreras - Arquitecta , Magister en gestión urbana , especialista en Derecho Urbano y presidenta de Camacol Cúcuta

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