Hasta 1.200 millones de pesos llega la inversión que necesita el terminal terrestre de Cúcuta para atender las deficiencias que halló la Superintendencia de Puertos y Transporte durante una inspección.
El diagnóstico concluyó en que allí se incumple la normatividad en 70 por ciento.
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Entre las 56 anomalías están la falta de acceso para personas con discapacidad, de seguridad ante el tránsito de usuarios, de baños, de señales claras y casetas, entre otras.
“La idea es trabajar el ciento por ciento de los requerimientos”, indicó Óscar Sandoval, gerente del terminal.
“Pero la entidad tiene un déficit de 1.200 millones de pesos”, dijo. “No tenemos para cubrir los gastos básicos, menos podemos hacer mejoras”.
A buscar dinero
Como consecuencia, se tiene programada para la próxima semana una junta directiva con presencia del alcalde, César Rojas, para verificar de dónde se podrían gestionar esos recursos.
Si se logra está inyección de fondos, se podrá atender la reparación de la capa asfáltica y se gestionaría la creación de una nueva sala de espera para viajero, entre otras intervenciones.
“Al llegar, encontramos instalaciones sin un solo espacio para crear una sala de espera para los viajeros y aquí lo exige la norma”, explicó Sandoval.
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“Nos piden baños, los baños están adjudicados, no nos pertenecen”, puntualizó.
Para las personas con discapacidad
Otra zona crítica es la de parqueaderos, que según la Superintendencia carece de acceso para personas discapacitadas pero también está concesionado.
Por lo tanto, en estas áreas se pasará la solicitud a los encargados para que atiendan las exigencias de Superpuertos.
“Si no cumplen, entonces toca iniciar un proceso de restitución de bien inmueble que podría tardar dos años”, apuntó el gerente.
“La solución no es inmediata, ni sencilla”, señaló.
Áreas críticas
El informe de la Superintendencia indica que el Terminal de Cúcuta carece de señalización peatonal, e incluso tiene desprendimiento de tabletas y presenta goteras.
Las rampas de acceso están desgastadas, no tienen pasamanos y no cumplen con las dimensiones que exige la norma.
El mobiliario en la zona de espera es insuficiente y está en mal estado. Además, hay un problema de escombros y desaseo en el patio operativo.
La plataforma de descenso es utilizada por taxis urbanos; los buses desembarcan a los pasajeros en una zona altamente deteriorada.
Estas y otras anomalías, son las que han ubicado el terminal de la ciudad, en la lista de los peores del país por su infraestructura.
