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Extranjeros llegarán a Cúcuta a ayudar

Como voluntarios, buscan aportar un grano de arena desde su experiencia en otros países.

¿Recibiría en su casa a alguien que no habla en su idioma, pero que viene desde otro lugar del mundo con la única y loable voluntad de hacer algo bueno por la gente de Cúcuta? ¿Lo integraría por seis semanas entre su familia?

Es la pregunta que le hicieron a los cucuteños un grupo de jóvenes de Aiesec, una organización internacional de voluntariado creada después de la segunda guerra mundial que busca desarrollar la próxima generación de líderes para conectarlos con el mundo.

Estos jóvenes vienen desarrollando en la ciudad cuatro proyectos sociales, tres de ellos educativos, que buscan fomentar entre las comunidades el arte, los idiomas y una cátedra de paz a través del deporte, para reducir la brecha de la desigualdad social.

Es un arduo trabajo por las comunidades vulnerables que tiene por objetivo fortalecer comunidades seguras, pacíficas y resilientes.

Richard Rubio, director de desarrollo y alianzas, dijo que dentro de las próximas semanas llegarán 90 extranjeros, entre alemanes, italianos, mexicanos y de otras partes del mundo para compartir sus experiencias culturales. Ellos son algunos estudiantes, profesionales o maestros.

"Estamos muy enfocados en la ciudad en compartir experiencias. Todos nuestros proyectos le apuntan a la nueva agenda de desarrollo sostenible, según lo establecido por la ONU para 2030", indicó.

Cinco años en Cúcuta. Rubio señaló que en cinco años ha sido un proceso que avanza poco a poco en favor de las comunidades; primero llegaron 7 personas en 2015, pero al siguiente año se rompió la barrera con 101 voluntarios gracias a que más familias se han unido. La meta es que 250 intercambistas visiten la ciudad al cumplir este año, dijo.

"Lo más importante es que se van a compartir experiencias y que la gente sepa que ellos son voluntarios, a ellos nadie les está pagando y que solo vienen a hacer algo por esta ciudad que tiene muchas dificultades", sostuvo el director.

El objetivo de la organización de jóvenes es que muchas más familias cucuteñas tengan la voluntad de apoyar a estos voluntarios extranjeros que quieren hacer algo por Cúcuta, únicamente recibiéndolos en sus casas y ofreciéndoles dos comidas al día durante seis semanas, como recompensa al sacrificio por su solidaridad.

"Como organización les podemos ofrecer a las familias una experiencia de intercambio cultural sin salir de su casa; en la medida de que más familias tomen la decisión de aceptar nuestro programa 'Familia Global' podremos traer más voluntarios a Cúcuta y contribuir con la ciudad", señaló el director. 

Una experiencia contada

Diana Guadalupe Gastelum Quintero, una mexicana, nacida en Culiacán, limites con Sinaloa, llegó hace dos semanas a la ciudad y dijo que es la experiencia que siempre quiso vivir, porque normalmente visitaba el norte del continente y no suramérica.

De Colombia le parece un país mágico y aunque nunca había oído hablar de Cúcuta expresó que es gente amable, que siempre la recibe con una sonrisa y es lo que más le ha gustado.

El aroma del café, el verde de la ciudad y la tranquilidad que se respira es una experiencia que no cambiaría, señaló.

"Es muy padre (chévere) la gente, siempre saludan y son muy amables. Me encanta ver el espíritu navideño (risas), levantarme en la mañana y ver el verde de los cerros", dijo Diana Guadalupe.

Actualmente trabaja con niños enseñándoles cultura mexicana, por medio de dibujos, plastilina y pinturas.

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Jean Javier García
Miércoles, 13 de Diciembre de 2017
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