Salua Turbay Milán, recordada por su rol como jefa del departamento de enfermería de la Clínica Norte y profesora en la Universidad Francisco de Paula Santander, falleció este lunes en Cúcuta.
Se caracterizó por su espíritu de servicio, su empatía y buen trato con los pacientes que ingresaban a la Clínica Norte, en quienes dejó una huella imborrable.
Desde hace tres años su salud se había deteriorado por una enfermedad, que finalmente la condujo a la muerte.
Salua Turbay nació el 27 de septiembre de 1940. Sus padres libaneses llegaron a Cúcuta para reclamar una herencia y decidieron quedarse y formar una familia.
Estudió enfermería en la Pontificia Universidad Javeriana, en Bogotá (1959), al lado de 29 compañeras más.
Su primer trabajo como enfermera lo hizo en el hospital San Juan de Dios de la capital del país. Como recién egresada tuvo la responsabilidad de la supervisión nocturna de todos los servicios del centro asistencial y de 900 camas que le permitieron conocer la realidad del dolor.
Turbay Milán vio en su profesión una manera de ayudar a los enfermos, pero sobre todo, la entendió como la posibilidad de prestar un servicio en función de lo más preciado del ser humano: la vida, la salud y la integridad.
La Universidad Francisco de Paula Santander lamenta profundamente el fallecimiento de Salua Turbay Milán, docente pensionada de la Institución. pic.twitter.com/SrLnYre5C5
— UFPS (@UFPSCUCUTA) September 2, 2019
Fue precursora del programa de Enfermería de la Universidad Francisco de Paula Santander (UFPS), donde se desempeñó durante muchos años como docente. Además, fue jefa de la oficina de relaciones institucionales e información de esa alma máter, miembro de la Sociedad Bolivariana de Norte de Santander, miembro de la junta directiva de la Fundación Virgilio Barco, así como de la junta directiva de la Asociación Nacional de Enfermeras y jefa del departamento de enfermería de la Clínica Norte.
En una entrevista con La Opinión contó que le encantaba decorar el patio de su casa para sus amigos y hacer almuerzos los domingos con comida árabe.
Pese a los múltiples viajes que hizo a Líbano, Siria, Palestina, Israel y Estados Unidos, entre otros, aseguraba que no había como regresar a su casa, "a su cama".
Recibió diversos reconocimientos, entre ellos esta distinción especial por su apoyo permanente en el Colegio Médico de Norte de Santander, entregado por la Asamblea y la Alcaldía.
El padre Eloy Mora Peñaranda, uno de sus amigos cercanos, la recuerda desde que entregó su vida al servicio religioso y después por su dedicación como enfermera en la Clínica Norte. “Entregó su vida, alma y corazón a su labor social. Consolaba a los enfermos y de ahí que fuera muy apreciada”, afirma Mora.
En su rol como docente en la Universidad Francisco de Paula Santander fue muy reconocida por sus alumnas, hoy enfermeras profesionales. “Sirvió siempre de ejemplo y de guía a las nuevas enfermeras”, recuerdan sus allegados.
En el ámbito social también fue muy apreciada. “La conocí desde hace mucho tiempo cuando íbamos a comer quibbes a su casa, que vendía su mamá Juanita”, cuenta el padre Eloy.
El médico ortopedista José Manuel Pinzón la conoció hace 60 años cuando era monja de la comunidad La Presentación. Y esa amistad se fortaleció cuando Salua Turbay se convirtió en enfermera y asumió la jefatura en la Clínica Norte.
“Fue una trabajadora incansable. Inculcó los valores éticos y morales a las enfermeras, tanto en la clínica como en la Universidad Francisco de Paula Santander. En la clínica creó una escuela y dejó su legado basado en el respeto a los enfermos”, relata Pinzón.
La pediatra Nereyda Casado de Vila recuerda que conoció a Salua Turbay cuando llegó como jefa de enfermería en la Clínica Norte y destacó su labor social y dedicación a los pacientes. Calificó su fallecimiento como una gran pérdida para el sector de la salud y para toda la comunidad cucuteña.
Turbay es velada en la Funeraria Los Olivos, sede San José, y mañana a las 3:00 de la tarde se cumplirán las exequias en la iglesia Los Padres Carmelitas.
