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Familias se van de Los Mangos

Lo hacen por la falta de transporte público, vías sin pavimentar y dicen que no hay presencia del estado.

El fin del año escolar marcó una nueva ola de trasteos colectivos en la vereda Los Mangos. Las familias empacaron cuadernos, ropa y muebles, para irse indefinidamente de las casas entregadas por el gobierno.

En la última semana, ocho familias no aguantaron más vivir, según ellas, aisladas de la ciudad, y decidieron dejar las casas que recibieron como víctimas de la violencia. Iniciaron un desplazamiento voluntario.

En el último año, unas 30 familias han abandonado las viviendas de Desplazados 1 y 2, entregadas desde 2007. Del centenar de casas que fueron entregadas, hoy solo unas 40 están habitadas.

El silencio reina en las ocho cuadras que conforman el proyecto. Puertas y ventanas permanecen cerradas. Solo un par de familias, que aseguran no tener para donde irse, permanecen allí.

“Los que estamos acá somos los que realmente necesitamos vivienda”, dijo la vecina Yeimy Jaimes. “Acá sufrimos, porque no tenemos transporte, pero no tenemos cómo pagar arriendo, y tampoco queremos abandonar lo único que tenemos”.

El mayor problema que enfrentan los vecinos es la falta de transporte público. Desplazados no tiene rutas, y los mototaxistas les cobran hasta $5 mil por sacarlos de la vereda hasta el anillo vial occidental.

Los niños que estudian en la escuela del corregimiento El Carmen de Tonchalá deben esperar hasta marzo para que la Alcaldía les suministre el transporte, razón que impulsó a las familias a dejar sus viviendas.

“En mi cuadra hay 22 casas y solo cuatro están habitadas. Mi vecina se fue esta semana porque  no tenía par el transporte de sus cinco hijos. Ellos se turnaban para poder ir al colegio”, explicó la vecina Rosa Molina.
    
De seguir este desplazamiento que azota a Desplazados 1 y 2, en los próximos dos años podría quedar vacío, aseguran sus vecinos.

La comunidad se queja de la ubicación del proyecto, y aseguran que no les dieron las condiciones mínimas para poder vivir tranquilamente en el lugar.

Las vías no están pavimentadas, no tienen sitios recreativos, ni ha presencia del estado.

En época de campaña, el alcalde electo, César Rojas, los visitó, por lo que mantienen la esperanza de que el próximo año su situación mejore.

“Nosotros le pedimos al nuevo alcalde por transporte y las necesidades de esta comunidad y esperamos que nos cumplan”, dijo  Virginia Jaimes, líder comunal. “Esta problemática no es desconocida”.

La mujer sumió el liderazgo en el barrio luego de que Baudilio Yañez, presidente de junta, también abandonara sus casa, alegando amenazas. Desplazados 1 y 2 quiere dejar a un lado la cruz del desplazamiento.

*La Opinión

Martes, 8 de Diciembre de 2015
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