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Cúcuta
Fue demolida la casa donde funcionó la Imprenta Departamental
El inmueble aún guardaba el diseño y parte del recuerdo de aquella Cúcuta productiva, en crecimiento por el auge del comercio.
Miércoles, 6 de Abril de 2016

Aunque no fue reconocido como un bien histórico y cultural de Norte Santander, como lo dejó claro el miércoles el secretario de Cultura departamental, César Ricardo Rojas, Cúcuta lamenta la demolición de la casa donde funcionó por décadas la Imprenta Departamental.

La casona, ubicada en la avenida 8 N°12-80 y 12-84, de propiedad del Instituto Financiero para el Desarrollo de Norte de Santander,  fue vendida el 16 de mayo de 2000 por 630 millones 15 mil 330 a un particular: Dolber Alfonso Becerra. Hoy solo queda su recuerdo en fotos.

Su arquitectura no evidenciaba el mejor de los cuidados, pero el inmueble aún guardaba el diseño y parte del recuerdo de aquella Cúcuta productiva, en crecimiento por el auge del comercio.

A ella llegaron los primeros linotipos y se hacían los empastados de todos los documentos del archivo del departamento y de las alcaldías.   

El  representante legal del Grupo de Vigías del Patrimonio, Roger Melo Sánchez, dijo sentirse triste con la caída de la casona, pues aunque nunca hubiese sido inscrita en el listado del patrimonio histórico de la Gobernación, el inmueble sí representaba parte de la historia y debía ser conservado.

Era un monumento muy antiguo, de la década de los años 40 o 50, donde antes funcionó la cárcel permanente municipal y donde se imprimían la Gaceta Departamental, ordenanzas, decretos y libros que contaban la historia de los personajes de la región y sus pueblos.

La fachada de la Imprenta Departamental permaneció intacta hasta 1999 (Foto: Mario Caicedo)

Allí  se hizo posible, entre otros innumerables trabajos, el libro Literatura y Administración,  obra publicada en 1950 por el exgobernador Lucio Pabón Núñez,  la cual se ordenó imprimir en la imprenta para defender su gestión de gobierno.

¿Cómo terminó como bien privado?

El predio de 286 metros cuadrados, de propiedad de la Gobernación, quedó como de Ifinorte luego de varios cruces de cuentas.

Según el secretario de Cultura de Cúcuta, José del Carmen Ortíz, la licorera de Norte de Santander tenía unos créditos con Ifinorte, pero luego entró en liquidación y tuvo que ser la gobernación la que asumió la deuda.

En pago, fueron dados los terrenos de la Licorera a Ifinorte.

Años después, en su primer periodo como gobernador William Villamizar, quiso nuevamente los predios de la Licorera para construir un proyecto de vivienda para los empleados de su gobierno.

Finalmente, en forma de pago por estos predios, Villamizar dio la imprenta en parte de pago a Ifinorte.  

José Antonio Amaya, miembro de la La academia de Historia de Norte de Santander dijo oponerse a que algunos lugares arquitectónicos sean demolidos, pero lamentó que  la casa donde funcionaba la imprenta departamental no estuviera entre estos bienes arquitectónicos.

*La Opinión

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