La estructura bautizada Eustorgio Colmenares es además refugio de los habitantes de la calle.
En un gran basurero se convirtió el canal Bogotá en las inmediaciones del puente Eustorgio Colmenares, más conocido como el puente atirantado.
A diario, este espacio es contaminado principalmente por indigentes que llegan atestados de basuras para seleccionar y rescatar de las fétidas bolsas cualquier material que puedan vender a las recuperadoras del centro.
Cuando seleccionan un poco de cartón, plástico y vidrios, botan los residuos excedentes al canal, sin que las autoridades competentes realicen algún tipo de control.
Esta escena se repite constantemente y aunque la empresa recolectora de basura de la zona céntrica ocasionalmente retira las basuras, al día siguiente el canal vuelve a estar lleno.
Esta situación ha causado molestias entre los residentes de los sectores vecinos que aseguran que estas basuras terminan colapsando el canal cada vez que llueve y aumentan la fetidez en esta zona.
Por las noches, este espacio es utilizado por los indigentes para quemar llantas y cables para sacarles el cobre.