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Cúcuta
Médico cucuteño en Madrid recomienda evitar al máximo el contagio de coronavirus
Julian Palomino Doza es un cardiólogo que trabaja en el Hospital Universitario 12 de Octubre, uno de los más grandes de Madrid, epicentro por estos días del COVID-19.
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Lunes, 16 de Marzo de 2020

Julian Palomino Doza es un cardiólogo cucuteño que desde hace cuatro años y medio trabaja en el Hospital Universitario 12 de Octubre, en el sur de Madrid, España.

Este es uno de los centros médicos de referencia para la comunidad madrileña por su alta complejidad: tiene una capacidad de 1.200 camas, atiende una gran variedad de especialidades y cuenta con una amplia disponibilidad para los cuidados intensivos.

Hoy, sin embargo, la emergencia del coronavirus lo tiene al límite. 

Como parte de la contingencia, las directivas del hospital decidieron habilitar 250 camas de hospitalización para la atención de pacientes infectados  y unas 30 más en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). 

La atención no urgente se suspendió, así como las cirugías programadas con anticipación que no revisten mayor emergencia. 

Aun así, las previsiones en el 12 de octubre están alcanzando el tope y el pico del virus todavía no llega a España. 250 personas han ingresado ya al hospital con la infección y unas 20 más están en la UCI.

Al detenerse un instante frente a esta realidad que hoy lo rodea, Julian no puede dejar de pensar en Cúcuta, su ciudad natal y de la cual se despidió hace ya varios años para emprender su futuro profesional, pero a la cual sigue ligada, pues su padre aún vive aquí.

En diálogo telefónico con La Opinión desde España, uno de los países más afectados hoy por el virus que surgió en China a finales de 2019 (cerca de 8.000 casos positivos), el médico decidió enviar un mensaje a sus coterráneos para que ayuden a ponerle freno a la “infección importada”.

“Cúcuta tiene un reto en frente que es muy importante y por eso he venido insistiendo en que se debe intentar hacer llegar este mensaje, porque lo estoy viendo en primera persona. Independientemente de la capacidad limitada que tiene la ciudad, se tiene que generar, como en toda situación de crisis y como está sucediendo  con grandes sistemas, soluciones que sean innovadoras y contingencias que permitan, en la medida de lo posible, anticiparse a escenarios adversos o muy adversos”, planteó Palomino.

Evitar una infección entre la comunidad

El cardiólogo cucuteño, quien asegura que en España eran conscientes de que si no se tomaban medidas a tiempo iban a estar frente a un problema muy grande como el que los golpea hoy, insistió en que lo importante y urgente en este momento que ya se conoce el primer caso de contagio en la capital nortesantandereana, es evitar al máximo que haya una infección entre la comunidad.

“La medida para frenar el virus es dejar de importar casos y esto se logra cerrando todos los accesos. A los que tengan que entrar al país o a la región, porque son residentes en Colombia, hay que aislarlos sí o sí, aquí esto no tiene que ser voluntario, tiene que haber una forma de que se pueda controlar”, planteó.

Vea También: Monitorean a nueve cucuteños que tuvieron contacto con primera contagiada en la ciudad

El especialista insistió en que más allá de las pruebas que se hagan, la contención está en el aislamiento y esto implica, igualmente, una especie de distanciamiento social que va a ser relativamente corto, pero que podría evitar que la emergencia sea mucho más grave e incontrolable.

“Nos aislamos un poco, nos alejamos un poco, pero paramos la infección importada y en 15 días o tres semanas podremos estar sin una infección que puede ser muy, pero muy grave. Tomar ese tipo de medidas sencillas y a tiempo va a evitar que una crisis llegue a una ciudad como Cúcuta”, enfatizó Palomino, quien dijo que las experiencias de España e Italia deben servir como espejo para actuar como colectivo y no de manera individual.

Colaboración público-privada

Julian Palomino Doza considera que ante  una contingencia como la que exige el COVID-19, es necesario pensar, también, en una serie de colaboraciones que no van a ser fáciles, pero que son indispensables.

“Que se haga una contingencia de las camas disponibles o que se pueden disponer tanto de hospitalización general, como las Unidades de Cuidado Intensivo, bajo la coordinación del Ejecutivo. Ojalá que tuviésemos un plan en el que la capacidad de los centros médicos públicos o privados de la región y regiones cercanas sea una realidad. Esto es sentarse y coordinar para ver cada cuánto puede aportar cada uno; qué vamos a hacer juntos, cómo vamos a unir esfuerzos, y tener una contingencia para un desenlace adverso”, dijo.

Palomino recordó que en medio de esta crisis, el problema también es de equipos de trabajo, pues el personal va quedando en cuarentena, y por eso es necesario tomar conciencia de la importancia de evitar que el virus siga en aumento en una ciudad como Cúcuta.

“Si un sistema de salud colapsa, no solamente colapsa por el virus, colapsa para las demás patologías; el problema no va a ser solo para quien tenga el COVID, el problema es que con un sistema absolutamente saturado no se pueden atender otras patologías y ahí es cuando hay que empezar a tomar decisiones muy difíciles de cómo se prioriza la atención en salud”, señaló el cardiólogo.

Por eso, desde su lugar de trabajo, donde es testigo de una tragedia para la cual el mundo no estaba preparado, o a la que se le restó la importancia que merecía, Julián decidió dejar el siguiente mensaje:

“A pesar de que parece una amenaza externa, lejana, etérea, es una amenaza real y las medidas que hay que tomar son muy sencillas y las podemos tomar todos. Tenemos que asumir la responsabilidad como un colectivo, no como individuos, porque al final, el desenlace va a ser un desenlace como colectivo”.

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