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Cúcuta
Indocumentado se reencontró con su pasado
Gracias a una publicación del diario La Opinión se hizo posible el encuentro.
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Martes, 14 de Marzo de 2017

Con el bolso lleno de fotos en blanco y negro, otras en color y bien cuidadas; una libreta y papelitos con números de teléfono, más un periódico separado cuidadosamente para tener a la mano la imagen de su ahijado, Ricardo Gamarra, llegó Ana Mercedes Ojeda al centro de Cúcuta a buscarlo.

Hace apenas tres días vio su historia mientras leía el diario La Opinión en su casa del barrio San Martín, y quedó conmovida por el hombre al que vio pero no se parecía en nada a su muchacho.

 En principio dudó de que fuera el mismo ‘Richard’ que conoció 50 años atrás, ayudó a criar y con quien tiene una foto embarazada mientras él está en sus brazos, pero la revelación del nombre le indicó la verdad.

“Quedé impresionada al verlo, tan flaquito...”, dijo, consternada de pensar qué más dificultades habría tenido que sobrellevar, y hasta considerando la idea de que pudiese estar “en malos pasos”.

“Él era churquito (de cabello rizado), bonito, y gordito”, mencionó. “En la casa lo teníamos bien, hasta que se fueron”.

La incertidumbre no la dejó tranquila y al advertir que Ricardo dijo que se dedicaba a la venta de forros de celular en el centro de la ciudad se fue este lunes a buscarlo, dispuesta a encontrarlo y ayudarle en todo lo que pueda.

“Nosotros no tendremos mucho, pero no lo vamos a dejar desamparado”, aseguró sonriente.

La búsqueda, con un inigualable paso rápido y sin hacer caso del calor, al principio pareció fallida.

No lo halló en el parque Santander; tampoco en el parque Nacional, y decidió llegar hasta el centro comercial Alejandría para descartar las principales zonas de ventas ambulantes.

En cada sitio de venta de celulares se detuvo y, con la página del periódico lista, enseñó la imagen de ‘Richard’, con la esperanza de que alguien lo conociera.

En su último intento, se detuvo en la esquina del centro comercial y allí se topó con quien sería el jefe de Gamarra; aquel que le ofreció vender forros en la zona.

Sus compañeros de cuadra, que no lo habían visto durante el día, le propusieron esperar, pero otro de ellos, llorando de emoción, salió corriendo a buscarlo, y al decirle que había llegado alguien por él.

Ambos lloraron y se dio el incomparable reencuentro.

“¿Si ve que yo no dije mentiras? Yo soy nacido acá, soy colombiano y ahora sí voy a pedirles a las autoridades que no me discriminen”, señaló Gamarra.

Su plan es tramitar los documentos de identidad, con la partida de bautismo para poder trabajar, como le gusta, y tener de nuevo otra oportunidad.

 

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