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Inseguridad, la otra pandemia de Cúcuta

El robo de contadores es la nueva modalidad.

La llegada del coronavirus al país frenó las actividades del sector económico, estudiantil y deportivo, entre otras, pero las que no pudo controlar, fueron las actividades delincuenciales en la ciudad de Cúcuta, que, en lugar de disminuir, aumentaron. 

La gente tiene miedo de salir a las calles, pero ya no por el riesgo a contagiarse de COVID-19, sino por la inseguridad que inunda a toda la ciudad y su área metropolitana. 

Robos, muertes, drogadicción, amenazas y un sinfín de problemáticas, son el panorama que continúa maquillando a Cúcuta como una zona violenta y peligrosa. 

La Opinión consultó con los líderes barriales de las 10 comunas de Cúcuta, quienes a diario tienen que lidiar con los reclamos de sus vecinos por los innumerables casos de inseguridad que se presentan en sus sectores. 

Al ser los representantes elegidos por la comunidad, esta les exige que intercedan ante las autoridades y la administración municipal, para que lleven a cabo estrategias de seguridad efectivas, que amortigüen los hurtos, asesinatos y las bandas de microtráfico que operan en sus comunas. 

Los dignatarios locales prefirieron no ser identificados, pues temen que se generen amenazas contra su integridad física y/o moral. 

Sectores más afectados

“Esto está terrible. Hay mucha indigencia, prostitución y robos a plena luz del día y la policía no se ve. Los vecinos le dan las quejas a uno de que llaman al cuadrante y no llega, o aparecen al rato cuando ya ha pasado todo y así queda olvidado”, dijo uno de los líderes barriales de la comuna 1. 

La zona céntrica de la ciudad ha sido desde siempre uno de los focos de inseguridad más grandes de la ciudad, sin embargo, en medio de la pandemia, este se ha desbordado. 

Ahora los delincuentes se valen del tapabocas, pero no para cumplir con los protocolos de bioseguridad, sino para cometer hurtos a plena luz del día y así evitan ser identificados, pues el elemento de protección les cubre gran parte del rostro. 

“Antes se tapaban las caras con pasamontañas, ya no los necesitan porque se ponen el tapabocas, andan en motos y van halando los bolsos, o se meten entre la multitud del centro y amenazan a la gente o los arrinconan, especialmente a las mujeres”, mencionó otro de los líderes consultados.

Según el último reporte de la Policía Nacional, en lo corrido del mes de agosto se cumplieron 2.973 acciones de prevención del hurto, sumando a esto, el fortalecimiento de 150 frentes de seguridad y 40 allanamientos contra diferentes delitos como homicidio, microtráfico y el hurto en todas sus modalidades. Así mismo, efectuaron tomas masivas en 17 cuadrantes y 8 corregimientos. 

No obstante, los dignatarios locales siguen denunciando que muchas veces, las autoridades no responden al llamado de la comunidad, ya que “una vez llamé al cuadrante porque hubo un accidente y robo a la vez, y tuvieron el descaro de preguntarme si la persona estaba viva o muerta para ellos decidir si valía la pena llegar hasta acá o no”.  

Los líderes barriales de la comuna 2 señalaron que la presencia de habitantes de la calle se hace cada vez más grande, una situación que los preocupa, porque, aseguran, “son ellos quienes les avisan a los ladrones qué casa o persona robar”. 

“Hay mucho consumidor de drogas y se hacen pasar por recicladores o simples indigentes, pero uno debe estar con los ojos bien abiertos, porque si uno deja el carro afuera, se queda sin espejos o lo desvalijan”, detalló un vecino del sector. 

Robo de contadores 

Líderes de las comunas 3, 4, 6, 7, y 8 informaron que a los ladrones ya no les basta con robar bolsos, celulares y dinero, sino que, además, ahora delinquen con las tapas de los contadores de agua y luz. 

“No sabemos para dónde se llevan eso, ni a quién le venden, pero esa es la mafia de los contadores. Ese robo no es de día, sino de noche o en la madrugada y, si no hay policía que vigile en el día o en la tarde, que esperamos de noche”, dijo un representante social de la comuna 8. 

En la ciudadela La Libertad, el barrio Camilo Daza y Antonia Santos, los habitantes denunciaron que, debido a estos robos, han tenido que sacar dinero de sus bolsillos para reponer las tapas de los contadores robadas, y aunque avisan a la policía sobre esta situación, aún no han encontrado responsables. 

“El cuento de los cuadrantes es que estemos más pendientes, que entre los vecinos nos avisemos para agarrar a los ladrones, cuando eso se supone que es responsabilidad de ellos. Dejan un cuadrante para cubrir más de 10 barrios y no llega ni a la mitad”, dijo una vecina de La Libertad.

La Opinión se comunicó con el nuevo secretario de Seguridad Ciudadana de Cúcuta, Alejandro Martínez, quien explicó que, en articulación con la Policía Nacional, el lunes realizaron una intervención por el Canal Bogotá, atendiendo las denuncias de la comunidad sobre la inseguridad que se presenta por este sector. 

Así mismo, señaló que se encuentran trabajando con la administración municipal y las autoridades correspondientes , para fortalecer las estrategias de prevención de delitos. 

El alcalde de Cúcuta, Jairo Yáñez, a través de una rueda de prensa, sostuvo que tienen identificados 17 territorios de alta complejidad, de los cuales, sale aproximadamente el 60% de los delitos en la ciudad. 

Al cierre de esta edición, la Secretaría de Seguridad Ciudadana se encontraba en reunión con el comando de la Policía Metropolitana de Cúcuta y diferentes entidades sociales, para evaluar el tema de seguridad en la ciudad.  

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Miércoles, 2 de Septiembre de 2020
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