El inconformismo por la instalación de un pesebre móvil en el parque Simón Bolívar, del barrio Colsag, seguirá vivo entre algunos de los habitantes del sector, porque la carpa que lo protege no se moverá.
Así lo confirmó el secretario de Gobierno municipal, Óscar Gerardino, quien indicó que esta infraestructura está destinada al disfrute de los cucuteños y no tiene por qué despertar malentendidos.
Según el funcionario, el pesebre se instaló “para tener un atractivo novedoso en este sector de la ciudad, así como se hará en otros parques”.
Sin embargo, no todos los miembros de la comunidad están de acuerdo con la llegada de la carpa, porque afirman que obstaculiza el paso de los transeúntes, hizo daños en el piso y se ubicó sin permiso de la junta.
Álvaro Morales, integrante de la junta comunal, expresó que además “la entrada a la carpa la van a cobrar, a dos mil pesos, y si va a ser así, pues que partan por mitad con la junta”.
Al respecto, el secretario enfatizó que en ningún momento se pensó en cobrar la entrada al pesebre.
“Será totalmente gratis, porque es para que la gente lo visite y se una en esta época”, declaró.
Otra de las inquietudes que despierta la nueva atracción es la casi inevitable llegada de vendedores ambulantes, “que deberán respondernos por cualquier daño que haya en el parque”, dijo Morales.
Sin dar mayores detalles sobre este tema, Gerardino indicó que si llegan los comerciantes informales se dispondrá de pie de fuerza especial para atender cualquier situación, pero no aclaró si habrá restricciones, o condiciones para el uso del espacio público.
El embellecimiento del parque está a cargo de la Corporación América Barí, Cambari.
Voces a favor
Aunque los integrantes de la junta comunal se muestran en total desacuerdo con la decisión de la Alcaldía, y hasta enviaron una carta exigiendo que la carpa “se sustraiga”, hay otros que no están convencidos con la oposición.
Algunos, afirman que “los de amarillo (del programa de generación de empleo de la administración municipal) llevan tres meses recuperando el parque y es increíble que, cuando por fin se hace algo, ya no les gusta”.
También, aseguran que el embellecimiento permitió que “no se arrimen más los marihuaneros, que se le ayude al parquero que paga la comunidad y que se dé un control serio, porque también llegó seguridad privada”.
Pero estos argumentos no convencen a los de la junta que insisten en que la carpa solo traerá problemas, mientras la Alcaldía insiste en que, pasada la temporada, todo volverá a la normalidad.
